Ferrari quiere recuperar la corona de la Fórmula 1, recobrar la competitividad que la convirtió en la escudería más laureada de la historia y seguir aumentando su ventaja con el resto de equipos. A falta de poco más de dos semanas para que arranque la nueva temporada, la Scuderia ha mostrado al mundo el SF-23, un monoplaza espectacular que es toda una declaración de intenciones.

Frente a centenares de 'tifosi', con la presencia de sus dos pilotos, Carlos Sainz y Charles Leclerc, y del nuevo jefe de equipo, Frederic Vasseur, la escuadra italiana mostró en Maranello un diseño que sigue la línea de lo que ya vimos en 2022, con todo lo que funcionó entonces y algunas innovaciones que pretenden mejorar su fiabilidad y evitar los errores del pasado.

Continúan las branquias y los pontones, y se han ajustado a la nueva normativa de la FIA, que indica que el fondo del coche debe estar 15 milímetros por encima del suelo, lo que ha provocado una pérdida aerodinámica. 

No ha sido un problema para Ferrari, pues, a juzgar por lo que se rumorea desde Italia en relación con los resultados de las pruebas en el simulador, ha sabido recuperarla con creces, aunque habrá que esperar a los primeros test antes de aterrizar en Bahréin para ver si se confirman las buenas sensaciones.

La Scuderia también ha añadido otro detalle que ha despertado la ovación de los seguidores presentes en el circuito de Fiorano: la impresión de 'Ferrari' sobre el alerón trasero, completamente negro, que le da un aire clásico al SF-23 y que estará presente en las 23 carreras de la temporada.

La mayor diferencia, y lo que sin duda será la gran prueba de fuego del equipo italiano, no se ve a simple vista. Los ingenieros del 'Cavallino Rampante' han trabajado duro sobre el motor del nuevo monoplaza para tenerlo a punto de cara al arranque de la temporada. "Hemos trabajado bien en este invierno para mejorar este aspecto", prometió Vasseur.

Para terminar una presentación por todo lo alto, Ferrari puso el nuevo monoplaza sobre la pista con Leclerc al volante. Dos vueltas que supieron a poco al monegasco, que por radio preguntó si le concedían una más. Le contestó Sainz para decirle que era su turno, aunque la Scuderia no dejó ver las primeras vueltas del español sobre el coche que podría llevarle a lo más alto.