Tarde plácida para el 'Cholo' Simeone y para la parroquia rojiblanca en el Civitas Metropolitano ante el Valladolid (3-0). El Atlético de Madrid no solo no sufrió, si  no que ahuyentó los fantasmas de un pasado poco goleador, nulo en puntería, y frágil defensivamente para colmo. Sin embargo, sobre el césped se pudo ver lo contrario, aunque los pucelanos tampoco opusiesen una resistencia feroz. Así las cosas, no necesitaron los colchoneros hacer alarde de un fútbol exquisito, pero sí que fueron contundentes, y dejaron el choque visto para sentencia en media hora.

En la primera parte, el Atleti vivió 15 minutos de euforia colectiva y éxtasis ofensivo como hacía mucho que no se veían en el Metropolitano. Liderados por Antoine Griezmann, los futbolistas atléticos salieron a morder con todo para defender la zona de Liga de Campeones y llenarse de moral ante del cruce con el Real Madrid en Copa. Y vaya si lo hicieron. Primero Morata, luego Griezmann, y finalmente Hermoso.

La grada local se vino arriba con el vendaval ofensivo de los suyos, y no tardó en acordarse del Madrid, rival por un puesto en semifinales de Copa del Rey este jueves en el Santiago Bernabéu. El once del 'Cholo' ya apuntaba a tarde animada y a los cinco minutos los locales ya habían llegado tres veces con peligro. Ni siquiera un breve lapso de dominio visitante logró que la calidad rojiblanca no saliese a relucir.

Koke filtró entre líneas a Griezmann, y el galo alargó de tacón para que Morata, con un recorte de lujo, batiese a Masip con una calma que parecía no tener por el ansia y la obligación de marcar, como en muchas fases de su carrera. El Atleti quería más, y Correa tuvo otra buena, aunque el segundo llegó en pleno asedio local de botas del propio Griezmann en área pequeña, que después le regalaría el tercero en una falta lateral a Hermoso de cabeza.

En la segunda parte, apenas hubo historia que contar en el plano futbolístico. La mala noticia fue la lesión de Llorente, aunque lo más llamativo fue la pitada con la que recibió el respetable del Metropolitano a De Paul y Carrasco, ambos silbados por su rendimiento dispar con Argentina y su club y, en caso del belga, su aparente disposición a dejar el club.

El 'Cholo' aprovechó para rotar pensando en el derbi copero, y dio su espacio al auténtico protagonista de la jornada, Memphis Depay. El choque planteó el escenario perfecto para el debut del neerlandés, recién llegado del Barça, que dispuso de 15 minutos por delante para presentarse en sociedad. Con el Valladolid roto, el Atlético tuvo llegadas de todo tipo, muchas de ellas de parte de Memphis, aunque se pasó de elaborado, sin necesitar más goles para reafirmar su intención de dar guerra esta campaña.