El Villarreal hunde al Real Madrid en un choque resuelto con un intercambio de penaltis polémicos

  • El 'submarino amarillo' pasó por encima del Madrid en intensidad y juego, y defendió con uñas y dientes su ventaja.
Courtois.
Courtois.
EFE
Courtois.

El Real Madrid sucumbió en La Cerámica ante un Villarreal arrollador desde el juego y la intensidad. Los de Carlo Ancelotti no encontraron hasta bien llegado el final del partido la forma de incidir en una defensa irrompible, sustentada en un Albiol inconmensurable y un Pepe Reina bendecido por la venta de Rulli. Mientras, el ‘submarino amarillo’ protagonizó un monólogo de fútbol total que apabulló a los madridistas, aferrados al contragolpe para enchufarse a un partido que le pasó por encima, como su rival. Los goles tuvieron que esperar a la segunda parte, pero llegaron para certificar el partidazo, que se decidió por dos polémicas manos en sendas áreas que acabaron en penalti para terminar de alocar el choque.

El primero del Villarreal, de Yeremi Pino, hizo que el Madrid abriese un ojo, lo justo para forzar tres jugadas de mucho peligro y rascar un penalti que transformó Benzema. Otra mano tan absurda como la de Foyth, esta vez de Alaba, acabó en el penalti que convirtió Gerard Moreno y adelantó de nuevo al Villarreal. Desde ese momento, el equipo groguet sufrió de lo lindo, y tuvo que agradecer que la potente delantera blanca no estuviese fina en la definición.

Partidazo en mayúsculas el de La Cerámica, que arrancó con un Villarreal imparable. La primera parte fue amarilla por completo, con algunas pinceladas blancas, pero dominada por los locales. El ‘submarino amarillo’ le metió intensidad y altas revoluciones a su juego desde el primer minuto, en contraste con la desgana evidente en las filas madridistas, que solo parecían despertar cuando olían sangre a la contra. El resultado, que no se movió, no tuvo nada que ver con lo visto sobre el césped, en un primer tiempo trepidante y sin respiro.

El Villarreal tuvo más ocasiones, y mejores. Por una banda o por otra, aparecían Chukweze y Yeremi Pino para abrir el campo y encontrar permanentemente la espalda de los defensas del Madrid, incapaces de contener las oleadas ofesnsivas rivales. Courtois salvó un mano a mano con Pino, Coquelin estrelló de tacón un balón en el palo, y Baena y Gerard Moreno tuvieron ocasiones de sobra por dentro para haber definido mejor. Parejo, por detrás, daba una ‘master class’ ante todo un Balón de Oro como Luka Modric. En la zaga, Albiol estuvo imperial y cortó todo el peligro que creó Vinicius, y la única clara que tuvo la sacó un Pepe Reina esplendoroso.

Yeremi Pino celebra su gol ante el Real Madrid.
Yeremi Pino celebra su gol ante el Real Madrid.
Agencia EFE

El segundo tiempo tuvo lo que tuvo el primero, y añadió el único ingrediente restante, los goles. No tardaron en llegar, ya que el Real Madrid regresó como se fue, dormido y sin tensión, y el Villarreal lo aprovechó con su intensidad habitual. Un mal pase en defensa de Mendy acabó llegando a Yeremi Pino, que esta vez sí definió delante de Courtois. Intentó reaccionar el conjunto de Ancelotti y lo hizo, primero con ocasiones claras de Vinicius y Benzema, y después con un polémico penalti por manos de Foyth.

Albiol y Reina siguieron negando el gol a los delanteros merengues, pero esa mano en carrera del argentino Foyth acabó siendo revisada por el árbitro en el VAR, y confirmada después como penalti. Benzema no dudó, y reinició por un instante el marcador. Sin embargo, otra mano aún más absurda de Alaba fue señalada como penalti igualmente, y Gerard Moreno emuló al Balón de Oro para poner el 2-1.

Ancelotti metió cambios para aprovechar un cansancio que se hizo presente en los de Setién de forma lógica por el esfuerzo realizado, pero repentina. Rodrygo tuvo las mejores del Madrid, pero no llegó a finalizar como le gustaría, y el Villarreal, cansado pero incansable, tuvo alguna más para sentenciar y dejar de sufrir. Nada de eso sucedió. Ni el Madrid encontró el gol, a pesar de que tuvo cuatro o cinco ocasiones manifiestas, ni el Villarreal dejó de sufrir. Al final, 2-1 y alegría en La Cerámica. El nuevo año no ha empezado especialmente bien para el vigente campeón de Liga.

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