Helena Resano Periodista
OPINIÓN

Mucho más que fútbol

Varios jugadores de la selección española durante la segunda sesión de entrenamientos.
Varios jugadores de la selección española durante la segunda sesión de entrenamientos.
RFEF
Varios jugadores de la selección española durante la segunda sesión de entrenamientos.

No sé si es el karma, el destino, una deidad superior o qué, pero la vida, normalmente, te suele dar la taza y media de la que siempre has renegado. A mí no me gusta el fútbol, no es que lo odie ni mucho menos, pero no me apasiona, ni veo diversión alguna en ver un partido. Solo en contadas ocasiones, si hay aperitivo, amigos y charla de por medio, me he sumado a un plan de "quedamos para ver el partido". El resto, los grandes derbis, citas épicas del balompié, me lo he perdido. Tenía mejores planes…

En la vida los iguales se buscan y mi marido comulga en la misma religión que yo. No suele ver el fútbol, él ha jugado toda la vida a rugby y ahí, que me pasa exactamente lo mismo que con el fútbol, no me ha quedado otra que tragarme los partidos cuando fui ‘novia de’ y después, como ‘madre de’.

En este mundial, en el de Qatar, solo espero que no hablemos solo de fútbol

Pero insisto, la vida te suele dar esa taza y media de la que siempre reniegas y aunque en casa jamás hemos puesto el fútbol en la tele, mi hijo se lo ve todo. Y cuando digo todo es todo: partidos de la Liga de aquí, de allí y del más allá. Y a días de que arranque el mundial, sé, no hace falta que nadie venga a revelármelo, que me quedan por delante muchos días de partidos de selecciones y de escuchar nombres de jugadores de los que no habré oído hablar nunca. Quizás a estas alturas usted esté repasando en su memoria que yo una vez, hace muchos años, presenté durante 30 días seguidos un especial sobre el Mundial de Fútbol de Alemania. Lo hice, sí, y sobreviví. Una de las experiencias más retadoras, más surrealistas, más divertidas y más exigentes de mi carrera. Solo lo logré sacar porque había un equipazo detrás que me ayudó en mi más absoluta ignorancia sobre el tema. Me empollaba literalmente los partidos: los veía con cuaderno y bolígrafo…

En este mundial, en el de Qatar, solo espero que no hablemos solo de fútbol. Que hablemos de todo lo que ha supuesto que esta cita se celebre allí, de todas las tragaderas (a cambio de mucho dinero, sospecho) que han tenido que hacer los que deciden para llevar ese mundial hasta ese país en el que se niegan y persiguen derechos fundamentales. De los trabajadores que han muerto construyendo las instalaciones y estadios donde en nada se vitoreará a estrellas del fútbol. Me temo que en cuanto el balón eche a rodar todo esto se olvide y el deporte, el fútbol, los resultados, la competición y las copas se impongan a todo lo demás. De momento hay pequeños gestos, como el avión que ha llevado a la selección alemana hasta el aeropuerto de Qatar. La compañía Lufthansa lo ha tuneado con un mensaje a favor de la diversidad. No es mucho, lo sé, pero algo es algo. Allí dentro irán estrellas de este deporte. Y al menos, cuando aterricen, bajarán de un avión en el que se dice que la diversidad siempre gana, le pese a quien le pese y por muchos dólares que tengan.  

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