OPINIÓN

El noble arte de decir no

  • El periodista deportivo Juanma Castaño inicia hoy su colaboración con '20minutos'.
Rafa Nadal celebra su victoria ante Gasquet.
Rafa Nadal celebrando su victoria ante Gasquet.
EFE
Rafa Nadal celebra su victoria ante Gasquet.

Soy Juanma Castaño, hago un programa de radio de deportes en COPE cada noche (El Partidazo) y presento un programa, también de deportes, en Movistar +, en la tele. Creo que siempre es importante presentarse, antes incluso de que empiecen las dudas. Estoy acostumbrado a que me confundan con mucha gente, a que me llamen de mil maneras, así que ahora cada vez que le doy la mano a alguien digo mi nombre antes de que mi interlocutor empiece a hacer quinielas sobre si soy el de Antena 3, el de Los Manolos (que lo fui), el de MasterChef (que también lo fui) o el antenista de la comunidad (caso verídico).

Me invitan a escribir de deporte en 20minutos. Iba a decir que no, ya tengo suficientes compromisos laborales y ya me dan suficientes palos, pero saber decir no es algo en lo que sigo trabajando. Es muy complicado decir no; es seco, corto, genera incertidumbre incluso antes de pronunciarlo. 

Decir no es un arte como otro cualquiera y, en ocasiones, refleja una importante carga de personalidad. Rafa Nadal ha dicho no a jugar la Copa Davis con el equipo español en Málaga a finales del mes de noviembre. Se da la circunstancia de que no lo hace por estar lesionado o por tener en el horizonte una cita vital en su calendario, la Davis llega cuando los tenistas han acabado todo, antes de las vacaciones y sin ningún gran slam en puertas, con Australia a casi mes y medio vista.

Nadal aprovechará esas fechas de la Davis para jugar unos partidos de exhibición en Latinoamérica. Este tipo de partidos están fuera del calendario oficial y aportan unos ingresos extraordinarios muy importantes. Rafa ha elegido y está en todo su derecho a hacerlo. Se ha ganado nuestra confianza: ha jugado 29 partidos en esta competición defendiendo a España y ha ganado los 29. Ha jugado lesionado, después de viajes transoceánicos, y ha sabido hacerlo para ganar la Ensaladera, pero también para no descender a la Segunda División del tenis. Lo ha hecho todo y ahora le toca a otros. Es evidente que todos miramos a Alcaraz, pero es el turno también de otros tenistas que aunque nunca serán Nadal, son tan nuestros como Rafa.

El deporte profesional, como su propio nombre indica, no deja de ser una profesión, un plan de vida. Y en la vida cada uno tiene su plan. Que le pregunten sino a Unai Emery, hasta este lunes entrenador del Villarreal. Estaba feliz de la vida en un club modélico y ha cambiado su plan, en plena temporada, por un contrato de cinco años a razón de 7 millones de euros anuales, libres ya de impuestos, en el Aston Villa. Y es que hay veces que es imposible decir no.

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