Valencia y Sevilla se repartieron los puntos en una batalla de ritmo vertiginoso que pudo decantarse para cualquiera de los contendientes. La tregua llegó con una parada crucial de Bono, que rescató un punto insuficiente para un Sevilla que necesita empezar a sumar de tres en tres.

La tarde de fútbol en el Pizjuán arrancó muy amarga para los sevillistas, pues todavía en los minutos de tanteo, el Valencia consiguió abrir la lata con un gran gol de Cavani (su tercer tanto en dos partidos). Predominaba el desacierto con el balón en los pies de ambos equipos, pero un centro al área desde la derecha de Foulquier fue rematado con un gesto magistral del uruguayo dentro de la meta de Bono.

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Al Sevilla le tocaba remontar desde el minuto 5, y optó por enfriar el partido desde la posesión e insistir con internadas por la banda izquierda con Telles. Mientras, el Valencia esperaba a tener el balón para lanzar ataques verticales. Con ese plan, los locales encontrarían sus opciones de empate en dos ocasiones muy seguidas de Rafa Mir. Primero un cañonazo rematando un balón llovido desde la frontal, y después un remate de cabeza que se envenenó. En ambas estuvo crucial Mamardashvili.

Pese a su papel secundario con el balón en los pies en los primeros 20 minutos, el Valencia se fue haciendo con el control ante un Sevilla que se diluía poco a poco. Así, liderados por un muy activo Cavani, el cuadro che contaría con tres ocasiones que instigaron los silbidos de la grada contra su propio equipo. Las dos más claras, un gol de Lino anulado por fuera de juego en la construcción de la jugada (33’) y un disparo desviado de Ilaix desde dentro del área (45’).

El segundo acto empezó como el primero, a trompicones, aunque el Sevilla se encargaría de cambiar su rumbo con un tanto –anulado por fuera de juego– de Mir (55’). A partir de ahí el Valencia perdió su presencia y comenzó el asedio local.

El primer aviso lo dio Gudelj con un disparo cruzado desde la frontal que repelió el meta georgiano (60’). Segundos después Gayà salvó desde el suelo un gol seguro de Lamela, una ocasión que despertó a la afición local (61’). Este dominio sevillista quedó confirmado con un remate de cabeza de Gudelj al larguero (68’), entrando el encuentro en una fase en la que el equipo visitante apenas tocó el esférico.

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La insistencia se tradujo en gol, convertido a falta de cuatro minutos por Lamela, que remató a placer con su zurda un córner peinado por Kike Sala. El tanto desató la locura en un partido que se iba a alargar por encima de los siete minutos de añadido... y que acabaron siendo 13. Las prisas del Sevilla se acrecentaban en cada ocasión que no entraba, y finalmente los nervios pasaron factura. Kluivert lanzó una contra y se plantó en área en una caótica jugada indescifrable de no ser por el VAR. Una roja señalada al Papu por una dura entrada a Justin en la frontal fue sustituida por la cartulina amarilla, pero la roja se la llevó Salas por un empujón claro a Marcos André. Penalti, paradón de Bono y reparto de puntos.