Araceli Navarro ha logrado un histórico bronce en el Mundial de El Cairo de esgrima, tras caer en semifinales con la japonesa Misa Emura en un combate de sable muy desigual. La nipona se impuso con autoridad y no sin polémica, ya que hubo que revisar un tocado de la madrileña por un problema de los sensores en los trajes.

Aunque la victoria fue muy clara para la nipona, 5-15, la presea lograda por Navarro es todo un hito para el deporte español. Solo ocho esgrimistas españoles han logrado una medalla en un Mundial, empezando por Manuel Pereira (padre de Yulen Pereira, ahora conocido por su paso por Supervivientes) que ganó el oro en el Mundial de Denver de 1989 en espada. 

El bronce de Navarro es, además, el segundo femenino que logra España, tras el de la hispanocubana Taymi Chappé en Ciudad del Cabo 1997, también en espada.

El hito logrado por Navarro es toda una reivindicación, apenas un año después de que una lesión le privara de disputar los Juegos Olímpicos a solo unos días de que arrancara la contienda en Tokio 2020.

El abrazo del Mundial de esgrima

Una de las imágenes que ocuparán un lugar especial en el recuerdo de esta medalla para la esgrima española lo protagonizaron Navarro y su compañera y amiga Lucía Martín-Portugués. Ambas disputaron sus respectivos combates de cuartos de final a la vez, pero mientras la primera sí logró el pase a semifinales, la segunda se quedó por el camino.

Por eso fue más especial la celebración de ambas: aunque Martín-Portugués había perdido una oportunidad de oro para lograr una 'chapa' mundialista, no dudó en ir corriendo a la pista de al lado para ir a felicitar a su amiga y fundirse en un sentido abrazo.