
Nick Kyrgios completó el mejor Grand Slam de su carrera en Wimbledon. El australiano llegó hasta la final y solamente pudo ser derrotado por el todopoderoso Novak Djokovic. Una actuación que le ha vuelto a colocar entre los tenistas más peligrosos del circuito.
Sin embargo, Kyrgios es más conocido por sus excentricidades y sus comportamientos dentro y fuera de la pista. Si ya fue protagonista en la hierba londinense, y no por su excepcional juego, gracias a sus palabras malsonantes, también lo ha vuelto a ser tras el torneo.
Es su viaje de descanso tras Wimbledon, el tenista ha dejado una peculiar imagen. Esta vez ha sido en el aeropuerto de Toronto. Allí, el de Camberra ha aparecido junto a su novia Costeen Hatzi mientras esperaban a su retraso vuelo.
Ni cortos ni perezosos, ambos no dudaron en acostarse en el suelo mientras esperaban su próxima conexión para llegar a su destino final, Las Bahamas. Un paraíso donde se tomaran un tiempo de desconexión tras la gran actuación de Kyrgios en Wimbledon.

De vacaciones pero multado
Pese a todo, Kyrgios tendrá que pasar por caja para abonar una cuantiosa cantidad tras sus insultos a una aficionada en Londres como última de sus fechorías. El flamante finalista del torneo abonará 17.000 dólares, que incluyen todos sus altercados a lo largo de la competición.
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