El FC Barcelona está inmerso en una profunda reconstrucción a nivel institucional y deportivo que mantiene al club en una especie de tierra de nadie buscando el norte. A nivel económico, el drama es preocupante y a nivel deportivo, con ocho puntos menos que el Real Madrid y fuera de los puestos europeos, están casi en coma.

La entidad azulgrana se está enfrentando a esta circunstancia en los meses posteriores a la salida del mejor jugador de su historia, Leo Messi. Por algo similar se vio obligado a pasar el Real Madrid en 2018 cuando tuvieron que decir adiós a su máxima estrella, Cristiano Ronaldo.

Por aquel entonces, el Madrid venía de ganar tres Champions seguidas por lo que era de esperar una caída en el rendimiento, pero la adaptación a la vida d.C fue bastante más dura de lo que previsto.

Primero, llegó Lopetegui quien no tuvo demasiado margen de trabajo y apenas dirigió 14 partidos entre julio y octubre de 2018. El primer técnico de la era post Cristiano... algo parecido a lo que ha vivido el Barça con el primer técnico de la era post Messi, aunque Ronald Koeman ya estaba al frente en la última temporada del argentino como culé.

Julen Lopetegui fue destituido un 29 de octubre de 2018 tras caer por 5-1 en el Camp Nou. Koeman, un 28 del mismo mes tras una dolorosa derrota ante el Rayo en Vallecas. Solari entonces y Sergi ahora, asumieron el reto de coger a equipos doloridos tratando de acostumbrarse a la ausencia de sus máximas estrellas.

Solari comenzó con buen pie

Sendos clubes decidieron apostar por el relevo natural y ascender al entrenador de sus filiales. Por aquel entonces, Santiago Solari, que terminó dirigiendo al Madrid en 32 partidos, comenzó con buen pie y encadenó cuatro partidos seguidos con victoria, con juego vistoso y logrando 15 goles en cuatro partidos.

Tras eso, un sonoro 3-0 en contra en casa del Eibar comenzó a atraer fantasmas del pasado, la confianza se fue deshaciendo poco a poco hasta bien entrado febrero de 2019, cuando la cuerda se tensó de más. Zidane volvía al rescate.

Sergi, un parche

El esperado despido de Koeman ha abierto la puerta del primer equipo a Sergi Barjuan, quien este mismo año se había hecho con el mando del filial.

Se trata, la contratación de Sergi, de un parche puntual que todo el mundo, incluso él, sabe que servirá para tapar una serie de rotos hasta que se lleve a cabo la operación final: la contratación de Xavi.

Por tanto, Sergi comienza una etapa que sabe que tiene fecha de caducidad, seguramente no muy tardía -por eso le han asegurado que podrá volver a dirigir al filial cuando el momento parche concluya-, y que no ha dado el pistoletazo de salida de la mejor manera.

El empate ante el Alavés en el Camp Nou es una muestra más de lo herido que está un Barça que no sabe qué le deparan los próximos meses: sin Messi y con la única ilusión de la nueva hornada de canteranos que abren una luz a la esperanza.

El Madrid, con menos gol

Quizá al Barça le sirva de ejemplo la trayectoria del Madrid desde que perdió a su máxima estrella. Los blancos redujeron su media goleadora de 2,66 a 1,77 por partido, aunque el adiós del portugués supuso la explosión definitiva de Benzema, erigido en líder que supo asumir a la perfección el mando.

Hasta el momento, el equipo blanco sólo ha levantado una Liga, la de 2020, la liga de la pandemia. Todavía hoy se echa en falta la efectividad de Cristiano, al menos hasta que llegue, si llega, Mbappé.

El FC Barcelona tiene por delante el duro camino del renacer que, sin Messi, no será nada fácil.