Las rivalidades entre colleges son una de las mayores salsas del deporte universitario en Estados Unidos, sobre todo en el fútbol americano. El problema está cuando alguno de los dos equipos cruza la línea y todo pasa al terreno de las faltas de respeto, tal y como sucedió a la conclusión del partido NCAA entre las universidades texanas de SMU y TCU.

Tras la victoria de SMU (42-34) en casa de su gran rival TCU, el receptor abierto Rashee Rice regresó al terreno de juego con la bandera de su equipo y toda la intención de plantarle en mitad del emparrillado, sobre el logo de la universidad local.

Algunos jugadores de TCU vieron las intenciones de Rice y corrieron para evitarlo. Los empujones, los insultos y las provocaciones escalaron rápidamente y esto provocó una tangana multitudinaria que acabó con la bandera de SMU desmontada y por los suelos.

Afortunadamente la cosa no pasó a mayores y todo se resolvió con un intercambio acalorado de pareceres sin que hubiese que lamentar cualquier tipo de pelea propiamente dicha. No se esperan sanciones, pero el ambiente ya está caldeado de cara al próximo enfrentamiento entre ambas escuelas.