Jordi Gamito: "Yo estoy en la segunda fila de favoritos, tras los gallos, que no quiero que me piquen"

Jordi Gamito, durante la ETR 2017.
Jordi Gamito, durante la ETR 2017.
IAN CORLESS
Jordi Gamito, durante la ETR 2017.

Regresan las carreras de montaña al valle de Chamonix y aterriza el eterno Jordi Gamito, tesón y calidad a puñados en este excelente deportista que desde estas mismas calles subió al cielo apenas hace tres años, cuando terminó en tercera posición los 170 kilómetros de la UTMB.

La vida de Gamito dio un pequeño vuelco en ese momento y solo ahora parece completamente seguro de haber recuperado aquella esencia de 2018, que básicamente se traduce en correr feliz, y serlo. Pasaron los nubarrones y Jordi, que ya avisó hace unos meses con la tercera plaza en Vall D'Aran, llega tranquilo al Mont Blanc y en condiciones de estar al quite: si los principales favoritos flaquean, él estará al acecho.

¿Llega en buen momento?

Yo creo que sí, he descansado mucho para llegar a tope para UTMB. La tercera plaza en Valla D'Aran me dejó sensaciones contrapuestas, porque pasé bastantes problemas digestivos pero también encontré un ritmo que creí que había perdido para siempre, y eso me ha hecho recuperar la motivación y la ilusión.  

¿Estrategias?

Yo no tengo muchas opcciones de posibles tácticas. Yo no puedo salir muy adelante que para eso están los gallos. Yo estaré lejos de ellos, porque pican, e iré recogiendo cadáveres. Esta carrera es muy larga y para mí no empezará hasta el kilómetro 80 o 90. Es entonces cuando llegará mi momento. Llego sin presión, la presión para ellos, porque el 1 de septiembre volveré a trabajar. Pase lo que pase en esta carrera no cambiará mi vida.

¿Qué objetivos persigue?

Me gustaría rebajar los tiempos que hice en 2018 y 2017, conseguir terminar en 21 horas y media más o menos. Así estaría feliz. No me obsesiona mucho el resultado, sino el tiempo.

¿A quién citaría como favoritos?

Bueno, creo que los americanos, los franceses, Mitayev sé que la ha preparado muy bien y Pablo Villa. Yo estaría en un segundo nivel de favoritos, tras los gallos.

Tras un 2018 casi inmejorable, ha vivido una pequeña montaña rusa...

Bueno, no sé si llamarlo así. 2018 fue una temporada casi perfecta, pero cuando volví del Everest tuve una lesión muy importante en el tibial. Quería correr y corría pero no estaba en condiciones. Además, tuve una separación personal y todo se juntó. Si en lo personal no estás bien, es difícil rendir a tope y así me sucedió. 

¿Y ahora está mejor?

2020 me vino muy bien para hacer un reset, ver en qué cosas me había equivocado, como tenía que enfocar la vida. Ahora trabajo unos días a la semana para combinarlo con correr y quiero seguir haciéndolo. En 2019 quise solo correr, estaba lesionado y no podía, quizás me quedó algo grande. Yo lo que quiero es volver a disfrutar, que es lo que perdí en 2019 y 2020 por el Covid. Tuve la idea de retirarme en la cabeza, pero creo que ahora he recuperado la motivación, anímicamente estoy tranquilo y feliz y creo que eso es lo más importante para correr a gusto. Ya no me importan tanto los resultados, no me obsesiono, pero intento que la vida que haga la disfrute y pierda la obsesión. La llegada de mi entrenadora, Nuria Domínguez, también me ha ayudado mucho para recuperar esa felicidad. Sí, estoy tranquilo, contento.

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