Las gimnastas alemanas plantan cara a la sexualización en el deporte y compiten con uniforme de cuerpo entero

Una de las gimnastas alemanas, en la barra de equilibrios.
Una de las gimnastas alemanas, en la barra de equilibrios.
EFE
Una de las gimnastas alemanas, en la barra de equilibrios.

Todo el mundo mira estas semanas a Tokio y los deportistas lo saben. La sexualización en el deporte es un problema social y son numerosas las protestas y manifestaciones en contra de ello desde el mayor escaparate, los Juegos Olímpicos.

El equipo alemán de gimnasia femenino decidió participar en estos Juegos de Tokio 2020 con unos trajes de cuerpo entero, en lugar del tradicional maillot. Bajo esta decisión subyace la comodidad frente a la sexualización de la mujer en los deportes.

Las gimnastas alemanas ya llevaron este atuendo en otra competición, en el pasado campeonato de Europa celebrado en abril en Basilea (Suiza). Elisabeth Seitz, tres veces olímpica, comunicó hace unos días la decisión de participar con este nuevo uniforme. Atuendo que es apto para la competición, tras la aprobación de las equipaciones hasta el tobillo por parte de la Federación Internacional (FIG).

"Queríamos demostrar que cada mujer debe decidir qué ropa llevar". No obstante, Seitz añadió, “eso no significa que no queramos seguir usando el maillot normal. Es una decisión que se toma día a día, en función de cómo nos sintamos y de lo que queramos".

Esta iniciativa en contra de la sexualización en el deporte no ha sido la única de estos Juegos. La selección femenina de voley playa de de Noruega optó por utilizar mallas en lugar del bikini como dicta la norma. Acto que provocó que fueran sancionadas por la Federación Europea de Balonmano (EHF) con 1.500 euros por “usar ropa inadecuada”.

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