Todo los focos estaban pendientes de ella. Simone Biles, la gran estrella de los Juegos Olímpicos de Tokio, y aspirante a reina de la competición, donde puede colgarse cinco medallas de oro, se ha retirado de la final por equipos a las primeras de cambio.

Fue tras la primera rotación, después de un salto defectuoso en el potro que le valió la peor nota de todas, 13.766. Biles cayó mal y abandonó la zona con cara de pocos amigos. Tras ese primer ejercicio, Estados Unidos era segunda tras Rusia. No obstante, no está claro si la supuesta lesión se produjo por el salto o antes, durante el calentamiento, pues Biles tenía programada otra ejecución más complicada que la que hizo posteriormente.

Apenas unos minutos después, se confirmaba el peor pronóstico: una lesión sacaba a Biles de la competición. La propia Federación de Gimnasia de Estados Unidos ratificó el abandono de su gran estrella, que ha llegado a la cita olímpica con una enorme presión por cumplir las expectativas depositadas en ella, líder de la delegación norteamericana toda vez que Michael Phelps ya se ha retirado. Esa circunstancia ha desatado ya un sinfin de rumores y varias cadenas norteamericanas están priorizando supuestos problemas mentales sobre los físicos para explicar las razones de su retirada ¿Cuestión de ansiedad? ¿Bloqueo mental?

Ahora, solo queda esperar para ver el alcance de la lesión y si permite a Biles retomar la competición en el concurso individual y por equipos, que tendrán lugar esta misma semana.