Inglaterra tuvo que esperar hasta la prórroga para lograr el billete para la gran final de la Eurocopa. Un gol de Harry Kane, que aprovechó el rechace de un penalti que él mismo falló, sirvió para romper el empate a un gol con el que se llegó al tiempo extra y derrotar a Dinamarca. Una jugada de lo más polémica y que provocó las protestas de los daneses ante la rigurosidad del colegiado al indicar la pena máxima.

No se movió el marcador con el que se llegó al descanso. Mikkel Damsgaard, con un magnífico lanzamiento de falta, acabó con la imbatibilidad del cuadro de Gareth Southgate a la media hora, que reaccionó y logró empatar a los 39 minutos con un autogol de Simon Kjaer cuando trataba de evitar que un centro de Bukayo Saka llegara a Raheem Sterling.

Tras el descanso Jordan Pickford detuvo un buen disparo de Kasper Dolberg y sobre todo Kasper Schmeichel hizo una de las paradas del torneo para evitar el gol de Harry Maguire.

Inglaterra se enfrentará en la final del domingo a Italia, que superó el martes a España en la tanda de penaltis (4-2) tras acabar con empate a uno.