Rusia ya dejó claro en su Mundial que no conviene relajarse cuando te enfrentas a ella. En la cita mundialista se quedó en cuartos, después de perder en la tanda de penaltis contra Croacia. Y visto lo visto tampoco habrá que subestimar ahora a un equipo que ha mantenido su bloque y que ha pasado la fase de clasificación sin demasiados apuros.

En la Eurocopa 2020, Rusia formará parte del grupo B junto a Dinamarca, Finlandia y Bélgica. Ante estos equipos seguirá dando forma a un sistema de juego que tantos frutos ha cosechado durante la fase anterior. Una defensa de cuatro jugadores y un ataque en rombo, en forma de 2-3-1, que da más libertad ofensiva al conjunto ruso.

Es precisamente en el aspecto defensivo donde más cambios se han producido en relación con la plantilla del Mundial La portería ha visto como Guilherme tomaba el relevo a Akunfeev, que se había afincado bajo los palos en los últimos diez años. Los galones entre los cuatro de atrás los llevará Semenov, que hará pareja de centrales con el más en forma de sus compañeros en la zaga.

Sus últimas cuatro participaciones en el torneo continental no han sido precisamente para ser recordadas. Rusia no pasó de la fase de grupos en 2004, 2008, 2021 y 2016, por lo que aspira a cambiar la historia reciente de la selección.

Aleksandr Golovin, la estrella y cerebro

A sus 24 años, el centrocampista del Mónaco ha sido 33 veces internacional. Es la cabeza pensante del equipo, el cerebro. Considerado por sus propios compañeros como la antorcha a seguir sobre el césped, incluso cuando las lesiones lastran su desempeño en el terreno de juego.

Stanislav Cherchesov, el entrenador milagro

Su récord de 17 victorias, 15 derrotas y 7 empates al mando de la selección rusa no hace honor a las gestas del equipo con él en el banquillo. Se hizo con las riendas del combinado nacional en 2016, cuando pintaban bastos, y llevó a Rusia a estar entre los ocho mejores equipos de un Mundial.