La reivindicación de 'El Alineador'

  • Tras años en los que sus logros han sido menospreciados, las últimas victorias le han valido el reconocimiento mundial. 
  • Pese a ganar tres Champions y un total de once títulos, nunca se le ha considerado entre los mejores técnico del mundo.
  • Sus victorias ante Barça y Liverpool con un equipo de circunstancias han reivindicado su figura. 
Zidane, en el banquillo de El Sadar ante Osasuna.
Zidane, en el banquillo de El Sadar ante Osasuna.
EFE
Zidane, en el banquillo de El Sadar ante Osasuna.

A Zinedine Zidane se le ha restado méritos a todos los éxitos que ha logrado con una denominación despectiva: "Es un alineador". Al galo, pese a haber ganado tres Champions seguidas con el Real Madrid, dos Ligas y un total de once títulos, nunca se le ha dado el suficiente valor, al ser considerado por muchos aficionados –y también expertos– como un entrenador que sabía gestionar a la perfección el grupo de jugadores-estrellas, pero que apenas tenía conocimientos tácticos del juego.

Zizou llevó al conjunto blanco a proclamarse campeón de Europa tres veces consecutivas, algo que no sucedía en el Viejo Continente desde los años 70. Fue el Real Madrid además el primer equipo en ganar dos veces seguidas el título en la era Champions. Pese a ello, nunca se consideró a Zidane como un técnico top. A la hora de hablar de ‘el mejor entrenador del mundo’ durante la última década, salían nombres como Pep Guardiola o José Mourinho. También Jurgen Klopp. En el debate aparecían preparadores con fama de genios tácticos como Antonio Conte y Massimiliano Allegri, motivadores como el Cholo Simeone, de éxito como Joaquim Löw y Carlo Ancelotti u otros de la nueva generación como Thomas Tuchel o incluso Julian Nagelsmann. Zidane nunca aparecía en esas conversaciones.

Los éxitos del Real Madrid se achacaron siempre a unos fabulosos jugadores (Cristiano Ronaldo, Karim Benzema, Gareth Bale, Luka Modric, Sergio Ramos,Toni Kroos, Marcelo, Carvajal, RaphaelVarane, Isco, Casemiro, Keylor Navas...) que estaban dirigidos por un técnico que conectaba muy bien con ellos y que era tremendamente respetado por su pasado como futbolista, considerado uno de los cinco Grandes de la historia.

El galo se fue del Real Madrid en 2018 mitad por desgaste personal, mitad por no tener que afrontar la renovación necesaria, pero cuando Florentino Pérez lo llamó, no lo dudó y volvió. En su primer año completo, con un equipo con muchas carencias, logró ganar la Liga y la Supercopa. Era un Real Madrid sin Cristiano Ronaldo, con Gareth Bale ya lejísimos de su mejor versión, Isco fuera de forma y varios jugadores clave ya muy veteranos como Luka Modric y Marcelo. Además, los jóvenes fichajes como Vinícius y Rodrygo estaban aún muy verdes y las lesiones asolaron a la que debía ser su estrella, Eden Hazard. El galo cambió radicalmente la filosofía del equipo, y los madridistas pasaron de ser un equipo que iba al cuerpo a cuerpo a ganar los partidos gracias a su talentoso centro del campo, a dominar con la posesión y a encajar pocos goles.

El éxito de Zidane
El éxito de Zidane
Carlos Gámez

Esta temporada comenzó con muchas dudas. Hubo tropiezos inexplicables en la Liga y en la Champions se sufrió para clasificarse. Sin embargo, cada vez que llegaba un gran partido, el Real Madrid ganaba. Lo hizo ante Barça y Atlético en Liga y ante el Inter de Milán de Conte, líder del Calcio, en Europa para seguir con vida. La pizarra de Zidane se imponía una y otra vez, sin que nadie se lo reconociera.

El técnico galo gusta de jugar con un 4-3-3, pero siempre desde la flexibilidad. Cuando la BBC era un trío demoledor, apostaba por ese sistema. Pero cuando Bale se lesionaba, cambiaba el dibujo por un 4-4-2 que le llevó a dominar Europa con puño de hierro en 2017. Esa misma campaña, apostó por los titulares en la Champions y los suplentes en la Liga, y su modelo llevó al Real Madrid al primer doblete en ambas competiciones de su historia moderna.

En su segunda etapa no solo ha cambiado la forma de jugar, también ha variado el esquema en varias ocasiones. Su sistema de tres centrales y dos carrileros ha funcionado siempre que lo ha hecho, y cuando todo el mundo esperaba que lo repitiera ante Liverpool y Barça, apostó por un 4-3-3 con jugadores ofensivos.

Los 'ocho días de oro' de un Madrid exhausto y en cuadro han sido la gran reivindicación de Zidane. Sus victorias ante Barça y Liverpool, más la clasificación en Anfield, sin Ramos, Hazard, Carvajal, Varane o Lucas Vázquez le han valido el reconocimiento mundial. Ya era hora.

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