Mick Schumacher (Vufflens-le-Château, Suiza, 1999) llega a la Fórmula 1 después de haberse proclamado campeón de la F3 y la F2, demostrando que es mucho más que el hijo del heptacampeón del mundo Michael Schumacher.

El emocionado homenaje de Mick Schumacher a su padre en sus primeros días como piloto de Fórmula 1

Aunque su apellido pesa más que su palmarés, está considerado como una de las grandes promesas jóvenes de futuro. El apoyo y cuidado de su familia ha sido clave a lo largo de su carrera deportiva que comenzó con el apellido de soltera de su madre, Betsch, para evitar la presión excesiva por ser quien es.

Debuta en Fórmula 1 en el equipo Haas, uno de los más complicados de la parrilla, en el que aprenderá a bregar por primera vez con material que ni mucho menos es de 'pata negra', si bien siempre tendrá el colchón de Ferrari, de cuya Academia de pilotos forma parte. 

Mick comparte equipo con el ruso Nikita Mazepin, que ya fue su rival en la F2 y cuyo polémico carácter puede traerle problemas. Su paso por Haas se antoja como una etapa a quemar antes de avanzar a Alfa Romeo, el filial de la Scuderia de Maranello donde su padre se convirtió en leyenda.