El fútbol desde hace muchos años obliga a sus practicantes a mantener una vida sana, más allá de los entrenamientos con su equipo. Muchas lesiones se producen por no tener una alimentación adecuada o por los excesos, y por ello es raro ver que, públicamente, se descubran este tipo de actitudes salvo que sea para explicar el mal rendimiento.
El caso de Jamie Vardy es distinto. El delantero del Leicester City nunca ha sido ejemplo de esto, y según ha confesado un compañero suyo, para preparar los partidos se aleja mucho de las tradicionales ensaladas de pasta y bebidas isotónicas que emplean los futbolistas de élite.
"Como futbolista profesional, sabes cuándo puedes salir y tomarte una copa y, ciertamente, cuándo no. Pero Jamie es la excepción, por excelencia... Puede beber pintas y comer pizza la víspera de los partidos, y aun así estar bien. Un par de cajas de cerveza en el maletero de su coche, y Vardy estaría feliz", ha confesado su excompañero Ritchie De Laet en una entrevista que recoge 'Sport'.
El defensa belga recuerda una anécdota en concreto. "En 2016, rompió el récord de Ruud van Nistelrooy marcando en 11 partidos seguidos. Bueno, pues la noche antes estábamos en nuestra habitación de hotel. Conseguimos que el conductor del equipo nos comprara una botella de vino Oporto y la escondimos en nuestra habitación. Yo bebí un vaso pequeño y él se tomó el resto de la botella. Al día siguiente rompió el récord", rememora.
Vardy fue el referente en el ataque del histórico Leicester que ganó la Premier League en 2016 junto a los Mahrez, Kanté, Schmeichel y compañía en una plantilla que dirigía Claudio Ranieri.
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