El entorno de Maradona asegura que le metían pastillas en la cerveza "para que no joda por la noche"

Maradona y Diego Fernando.
Maradona y su hijo Diego Fernando.
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Maradona y Diego Fernando.

Las circunstancias de la muerte de Diego Armando Maradona apuntan, según van surgiendo nuevas informaciones, a una actitud negligente (cuando no, delictiva) de quienes estaban a su cargo.

La última en hablar es una de las responsables del cuidado de Diego Fernando, el último hijo (reconocido) que tuvo el '10'. Griselda Morel, psicopedagoga del pequeño, aseguró en sede judicial que a Maradona le metían pastillas en la cerveza por la noche para que durmiera y no molestara. Literalmente, le dopaban... pero porque él lo pedía.

"Monona (se refiere a Milagros Rodríguez, la cocinera de confianza de Maradona) nos empezó a contar que por ejemplo uno de los custodios (los médicos), no dijo cuál, le pisaba las pastillas y se las ponía en la cerveza para que no joda de noche. Como Diego no dormía, hacía eso con las pastillas a demanda de Diego. Todo era demanda de Diego. Si Diego se levantaba a las 9 de la mañana y pedía cerveza se la daban", aseguró.

"Si Diego se levantaba a las 9 de la mañana y pedía cerveza se la daban"

Morel estuvo presente en varias visitas de Diego Fernando en la casa donde Maradona estuvo pasando el posoperatorio hasta su desgraciado final, pero su estado no era nada bueno. "No quería recibir a nadie. Apenas lo pude ver y no se le veía la cara de tan hinchado que estaba", confesó.

La falta de cuidados hacia el 'Pelusa' era tal que ni siquiera tenían precauciones básicas, como que no se cayera al suelo. "Un día, Verónica (Ojeda, madre de Diego Fernando y exesposa de Maradona) esperó a que Diego se vaya al baño y justo llegó un anestesista que le dio un suero mágico. Verónica habló con Charly (García, uno de los ayudantes y amigo de Maradona) y le dijo por qué le daba vino, que no tenía que dárselo. Éste le dijo que sólo era una copa y ella le dijo que no era su amigo, sino empleado. La casa de Diego siempre era una mugre, un asco, todo desordenado, la heladera revuelta", relató la psicopedagoga, que contó otro episodio. 

"Diego tenía como una quemadura en el omóplato hasta el intercostal. Charly decía que era normal que Diego se cayera, que estaba acostumbrado. Verónica le mando a poner unas barandas de apoyo porque no se sostenía en el baño", recuerda.

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