Joe Biden, el prometedor jugador de fútbol americano que venció a la tartamudez al grito de "¡Dame la pelota!"

El presidente electo, Joe Biden, en su primer acto tras conocerse su victoria en las elecciones de EEUU.
El presidente electo de EEUU, Joe Biden.
EFE
El presidente electo, Joe Biden, en su primer acto tras conocerse su victoria en las elecciones de EEUU.

10 de noviembre de 1960. El espigado y rápido receptor con el dorsal número 30 del equipo de la Archmere Academy de Claymont, en Delaware, corre por la banda para coger el pase de su quarterback en el último partido de la temporada para anotar el tercer y último 'touchdown' del partido en su cuenta particular en el Friends' Central de Filadelfia. 

El marcador acaba con un contundente 28-0, y su después legendario entrenador, John Walsh, se corona con un final de año de escándalo: ocho victorias en los ocho partidos finales. Entre los que celebraban esa victoria estaba el citado receptor, que 60 años después se convertiría en el 46º presidente de Estados Unidos, Joe Biden.

El hombre que dirigirá el país más importante del lado occidental del mundo fue un prometedor jugador de fútbol americano en sus tiempos de juventud. Aunque muy pronto se decantó por la política, desde joven practicó varios deportes, siendo especialmente ducho en el el deporte rey (con permiso del béisbol) en el país.

La Archmere Academy, una de las escuelas católicas más importantes de Delaware, cuenta con un potente equipo de fútbol, y Biden fue uno de sus ilustres miembros. Con 18 años ya había llamado la atención en el deporte universitario, e incluso algunos ojeadores se interesaron por él ante una eventual carrera profesional. Al ver que tenía que elegir, decidió colgar el casco y las zapatillas y se decantó por las leyes y los libros.

Para él, como confesó en sus memorias 'Promesas a mantener: en la vida y en la política' ("Promises to Keep: On Life and Politics"), el deporte le sirvió para ganar confianza. De hecho, sus dotes de oratoria tienen su origen en el terreno de juego y donde aprendió a superar sus problemas de tartamudez. "Los deportes eran tan naturales para mí como lo era hablar. Y los deportes resultaron ser mi billete a la aceptación, y más. No me intimidaba fácilmente en un partido, así que incluso cuando tartamudeaba, siempre era el niño que decía: '¡Dame la pelota!'", confiesa en el libro.

Gracias al deporte, Biden comenzó a ganar confianza y su tartamudez se convirtió en una anécota en un hombre con un carácter muy abierto. "Era una persona extrovertida, muy sociable, hablaba con todo el mundo, hablaba con cualquiera. Esa es la fuerza que tiene, se comunica y se conecta con la gente", recuerda Robert Markel, excompañero de Biden en el equipo de Archmere, en 'The Daily Pennsylvanian'.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento