El Sevilla volverá a jugar una final de la Europa League, y van seis, después de ganar al Manchester United por un igualado 2-1, en el que los de Lopetegui dieron la vuelta a un partido que se complicó mucho.

Y es que el partido empezó mal para el Sevilla. Bono salvó un disparo a bocajarro de Rashford, pero según disparó el inglés, Diego Carlos, que se había tirado con todo para evitarlo, cometió penalti. Como ante el Wolverhampton, el central brasileño le costó un gol a su equipo, ya que Bruno Fernandes no falló desde los once metros.

El gol no hizo que el Sevilla aflojase, ni mucho menos, y en el minuto 25, el ataque nervionense se desplejó para una espectacular jugada que acabó en un centro de Reguilón a Suso para rematar a placer el 1-1. De Gea podría haber hecho más.

Con el empate, el United se creció y empezó a ganar metros. De hecho, Bono se convirtió en el mejor futbolista del Sevilla hasta el descanso, en un partido que se calentó más de lo que a Felix Byrch le hubiera gustado.

La segunda parte se complicó para el Sevilla, especialmente cuando Lucas Ocampos, que ya llegaba tocado físicamente, fue sustituido. Sin embargo, el Manchester United no llegó a rematar... y lo pagó. A falta de poco más de 10 minutos, De Jong recibió un centro en el área pequeña y remató a placer a bocajarro para poner el 2-1.

En los últimos instantes, la gestión del tiempo fue clave para el Sevilla y al final resistió el balón y el resultado para disputar la final del próximo viernes.