Arranca la nueva normalidad del fútbol español

Los jugadores del Sevilla celebran un gol en el partido ante el Betis de LaLiga Santander 2018-2019
Los jugadores del Sevilla celebran un gol en un partido ante el Betis
LALIGA - Archivo
Los jugadores del Sevilla celebran un gol en el partido ante el Betis de LaLiga Santander 2018-2019

El Sevilla-Betis de este jueves (22:00h, Movistar+) pone el punto de partida de las últimas once jornadas de LaLiga en Primera División, después de que los últimos minutos del Rayo-Albacete pendiente desde diciembre sirvieran de prólogo para unas semanas sin descanso.

Tras un largo invierno sin ver rodar la pelota del fútbol español, se vienen 38 días frenéticos sin descanso, en los que tanto los protagonistas del juego, como los aficionados y los periodistas tendrán que acostumbrarse a esa contradictoria nueva normalidad que ya se ha visto en la Bundesliga como un aperitivo a lo que viene.

El fútbol pierde, al menos de momento, uno de sus grandes atractivos: el público en las gradas. Aunque por televisión se intentará paliar esa ausencia de ambiente con sonido pregrabado o de videojuegos, en directo se escuchará perfectamente cada grito, orden, golpeo y queja que los jugadores y los entrenadores emitan en los 90 minutos de juego, más prolongación. 

La labor de los técnicos se verá así condicionada, no sólo por este hecho, sino porque aunque ellos no tendrán que llevarlas, sí verán a un extendido y distanciado grupo de suplentes en su banquillo con mascarillas y separados por al menos un metro y medio.

La seguridad y evitar contagios es lo primordial. Los test que están haciendo LaLiga y la RFEF a los futbolistas y miembros de los cuerpos técnicos han dado, de momento, algún susto, pero el protocolo es claro: los que den positivo, a cuarentena. Este factor psicológico afecta ya desde los mismos entrenamientos y no son pocos los futbolistas que, más en privado que en público, muestran sus inquietudes. 

El contacto es imposible de evitar en el juego del balompié. Ni siquiera en las celebraciones, toda vez que se permitirán sin que sean objeto de sanción como se planteó inicialmente.

El devenir de los partidos tendrá un factor clave, especialmente en los últimos minutos. La nueva normalidad en el fútbol español permitirá hasta cinco cambios, lo que ha generado una enorme controversia entre los equipos. Evidentemente, salen beneficiados los que tienen un buen fondo de armario.

¿Eso es sinónimo de los grandes? No necesariamente, ya que hay equipos ‘top’ que se han ganado su buena situación deportiva a base de usar un bloque compacto y basado en pocos jugadores, mientras que otros han apostado más por las rotaciones. El inesperado descanso que ha permitido el confinamiento ha acelerado notablemente la recuperación de futbolistas que se habían lesionado a principios de año, caso del barcelonista Luis Suárez (para desgracia de Braithwaite) o del madridista Eden Hazard. Los entrenadores tendrán, por tanto, un mayor abanico de posibilidades.

El público no… de momento

La gran polémica sobre la ausencia de público ha sido lo que más ha preocupado en el sector. El Gobierno declinó la responsabilidad en el Consejo Superior de Deportes, dado que son ellos quienes tienen la potestad de elegir cuándo dejar acceder a los aficionados a las gradas, siempre con un aforo de un tercio y medidas de seguridad clara.

Hasta que se llegue a un acuerdo, y pese a las presiones del propio Javier Tebas o de clubes como la UD Las Palmas, los estadios estarán vacíos. Cuando todo el país pueda abrir un poco la mano, se permitirá el acceso progresivo pero nunca de manera desigual ya que, en palabras del ministro de Sanidad, Salvador Illa, esto iría contra la equidad de la competición.

Los campos de fútbol tendrán, como mucho, 244 personas en cada partido. Entre periodistas, cuyo acceso ahora estará muchísimo más limitado (para enfado de los propios medios y de las instituciones que los defienden, como FAPE), personal de los clubes, jugadores y staff, se reducirá al máximo la gente en los estadios. 

Algunos equipos ni siquiera estarán en el suyo habitual, algo que también puede afectar en lo deportivo. El caso más relevante es el del Real Madrid, que aprovechará para acelerar las obras del Santiago Bernabéu y mientras jugará en el Alfredo Di Stéfano de Valdebebas, donde se entrena habitualmente. El Levante también disputará sus encuentros fuera de casa, en la Nucía.

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