La Generalitat continúa en su labor de proteger a la población del coronavirus y sigue analizando la celebración de los grandes eventos que acogerán en la comunidad autónoma. Uno de los más próximos, tendrá lugar el 18 de marzo y reunirá a unas 100.000 personas con varios miles de ellos viniendo desde Italia. Hablamos del Barça - Nápoles de los octavos de final de Champions.

En esa tarea, según apunta L'Esportiu, el gobierno catalán quiere blindarse con un posible contagio masivo del coronavius y hacer que el encuentro se juegue a puerta cerrada. Una alternativa que es (y será) cada vez más común si se quiere seguir el desarrollo de las competiciones futbolísticas y deportivas en estos tiempos.

La Generalitat ya decidió como medida cautelar la postergación del Maratón de Barcelona, una decisión acodada por la Secretaria General d'Esports de la Generalitat, la Conselleria de Salut, la de Interior, la Agència de Salut Pública de Barcelona y el Área de Deportes del Ayuntamiento; y haría lo propio para el duelo de Champions.

Pese a que Nápoles no es una ciudad en la zona de riesgo de Italia, donde se han registrado 366 muertos y más de 6.000 contagios, la Generalitat se quiere curar en salud, nunca mejor dicho, y cerrar el Camp Nou para el encuentro. La afición napolitana ya cuenta con 5.000 entradas adquiridas para un encuentro al que no sabrán si podrán asistir.

Todas las competiciones deportivas suspendidas, aplazadas o a puerta cerrada por el coronavirus

Según fuentes cercanas al club, el Barça está a la espera de la decisión de las autoridades competentes, pero la situación apunta cada vez más a que el duelo se celebre sin público.

Curiosamente, esta no será ni la primera vez que el Camp Nou albergue un encuento a puerta cerrada, ni en la que el Nápoles dispute un encuento sin público en España. 

Los italianos ya disputaron en 1987 un partido en estas condiciones en el Bernabéu tras una suspensión de la UEFA al Real Madrid. Por su parte, el feudo azulgrana no tuvo presencia en el encuentro del 1-O entre FC Barcelona y Las Palmas, en 2017, velando por la seguridad de los aficionados tras los altercados que hubo en la ciudad.