Muy mal se le tiene que dar al Liverpool este año para no llegar, al menos, con muchas opciones de ser el campeón de la Premier League. El conjunto de Jürgen Klopp ha recibido otro regalo del Manchester City de Pep Guardiola, que ha visto cómo el Wolverhampton les ha levantado un 0-2 en un partido que se antojaba fácil... hasta el minuto 60.

Adama Traoré fue de nuevo el verdugo del City. Ya lo hizo en octubre, con un doblete a domicilio, y repitió a los dos meses. También puso mucho de su parte Ederson, cuya expulsión en el minuto 12 del encuentro obligó a Guardiola a rehacer a su equipo y jugar con uno menos, sacrificando por el camino a Agüero.

Sterling adelantó al City en el minuto 25. El ariete citizen marcó desde el punto de penalti tras una falta muy clara de Dendoncker sobe Mahrez, aunque tuvo que dispararlo dos veces porque varios jugadores de los Wolves se metieron en el área.

Nada más volver del descanso, una gran triangulación entre De Bruyne, Rodri y de nuevo Sterling le dio un doblete con el que parecía que iban a llevarse el partido. Ahí apareció Traoré.

El español tiró del carro y destrozó una y otra vez a Mendy. Con un certero zapatazo puso el 1-2 en el marcador, primero, y después trenzó una gran jugada con Raúl Jiménez para que el mexicano empatase.

Con un Guardiola desesperado en la banda, Matt Doherty aprovechó la debilidad atrás del City para poner el 3-2 definitivo en el minuto 90 de partido.