El refugio mallorquín de los Schumacher, una antigua casa de Florentino Pérez

Michael Schumacher, durante su etapa en Ferrari.
Michael Schumacher, durante su etapa en Ferrari.
FERRARI
Michael Schumacher, durante su etapa en Ferrari.

Michael Schumacher se encuentra tras un velo de secretismo. Desde su accidente en Méribel en 2013 no se ha publicado ni una foto, ni un vídeo o un audio de cómo está. Todo porque su esposa Corinna así lo ha decidido: no quiere que nadie sepa del estado en el que se encuentra el siete veces campeón del mundo de Fórmula 1, más allá de gente de su total confianza.

Eso no implica que esté encerrado, ni mucho menos. De hecho, desde que su estado pasó de ser crítico a estable dentro de la gravedad, incluso ha viajado fuera de su mansión en Suiza, convertida en una auténtica fortaleza donde los médicos van y vienen para mantener al legendario expiloto. Varios de esos viajes los ha hecho a territorio español, en concreto a una localidad de Mallorca llamada Andratx, un pueblo que ha estado en boca del mundo futbolero por su enfrentamiento al Andorra de Gerard Piqué.

Los Schumacher, como tantos otros alemanes, son unos apasionados de las Islas Baleares desde hace años. El clan al completo pasaba largas temporadas en Mallorca, cuando los compromisos deportivos lo permitían, disfrutando del sol pero también de la montaña que tiene esta zona. En 3-4 kilómetros se puede pasar de la playa a la Serra de Tramuntana, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y un auténtico paraíso para practicar senderismo.

Es por ello que Corinna Schumacher eligió esta localidad cuando los médicos le permitieron viajar. Empezó a buscar una mansión que se ajustara a las necesidades que requerían los cuidados a su marido y que le garantizara la privacidad absoluta para evitar a curiosos. 

Dado que su cuñado, el también expiloto Ralf Schumacher, había tenido una casa de verano en Andratx, empezó a contactar con gente de allí hasta que vio un inmueble en venta que era perfecto: grande, luminoso, con unas vistas del mar espectaculares, cerca de las principales carreteras y lo suficientemente discreto como para que nadie les molestase. El dueño de esa finca era Florentino Pérez, presidente del Real Madrid.

Mallorca había sido el lugar de descanso de Pérez y de su esposa María Ángeles Sandoval, más conocida como Pitina. Su muerte destrozó al constructor, hasta el punto de que puso a la venta la mansión en Andratx. El clan Schumacher lo compró hace unos años, y desde entonces han ido adaptándolo con el equipamiento médico necesario para los cuidados que requiere el exdeportista.

Corinna, Michael y sus hijos Mick y Gina Maria Schumacher ya se han hecho su espacio allí. De hecho, pasaron la nochevieja de 2018 y estuvieron unos meses más, sin que nadie (más allá de las autoridades pertinentes, por motivos de seguridad) se enterase. Su intención es que las vacaciones se alarguen cada vez más, hasta que Andratx se convierta en el lugar de residencia permanente de Michael Schumacher el tiempo que le quede de vida.

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