Sudáfrica se ha porclamado campeona del mundo de rugby tras vencer a Inglaterra en la final del Mundial de Japón. Yokohama vio hoy como los Springbocks anularon cualquier opción inglesa de llevarse la final, dando una lección de rugby tanto defensiva como ofensivamente. Los de verde y dorado mantienen su imbatibilidad en finales habiendo ganado las tres que han disputado. 

El partido arrancó fuerte para los sudafricanos que ya en el primer minuto consiguieron un primer golpe entre palos. La primera parte fue muy igualada, sin ensayos para ningún equipo y sumando exclusivamente por palos. Sudáfrica llevaba el mando y con Inglaterra manteniendo la diferencia, no fue hasta el último minuto de la primera parte que los Springbocks no pudieron alejarse y se fueron al descanso con un 6-12.

Ya en la segunda mitad, los africanos pudieron poner más tierra de por medio con varios golpeos a palos seguidos y conseguían mantener la distancia con los ingleses entre 6 y 9 puntos. No fue hasta el último cuarto de hora que los sudafricanos consiguieron el primer ensayo del partido que prácticamente sentenciaba el partido para los verdes. Por mucho que los británicos intentaban progresar se encontraban con un muro defensivo verde y, a la hora de defender, contra un ciclón ofensivo. Finalmente, otro ensayo y conversión de Sudáfrica puso el 12-32 definitivo y coronarse como merecido campeón del mundo frente a una Inglaterra a la que le pesó en exceso el cartel de favorita.