El catálogo de Amazon Prime Video en España está repleto de clásicos del cine, de joyas ocultas, de películas de culto y de superproducciones con puñados de premios en sus vitrinas. Pero también tiene sus sombras: en concreto, 50, las que se corresponden a la tercera entrega sobre Christian y Anastasia, Cincuenta sombras liberadas.
Las novelas de E.L. James desembocaron en una de las trilogías más famosas del cine erótico (aunque tampoco había una gran competencia: Emmanuelle, quizá). No obstante, si uno despoja a las 50 sombras de su popularidad y del derroche de profesionalidad con el que Dakota Johnson y Jamie Dorman consiguen salvar el tipo en las tres películas, verá que no hay mucho que decir sobre ellas.
Por tanto, y en caso de que te apetezca deleitarte con un erotismo algo más refinado que el de E.L. James, te invitamos a echarle un ojo a estos diez títulos, disponibles en Amazon Prime Video.
‘Aguas profundas’ (2022)
Adrian Lyne es uno de los reyes del género, lo cual es lógico si uno se dedica, a tiempo completo, al cine erótico y cuenta además con talento suficiente como para que sus películas no caigan del lado de la pornografía.
Aún así, puede que Aguas profundas no sea el mejor ejemplo para hablar de la maestría de Lyne: su regreso tras veinte años sin dirigir fue decepcionante, especialmente cuando disponía de un reparto encabezado por la mediática y seductora pareja que, entonces, formaban Ana de Armas y Ben Affleck. Pero, incluso así, esta película basada en una novela de Patricia Highsmith no es una catástrofe completa y contiene algún que otro rasgo destacable.
‘Los Voyeurs’ (2021)
Sydney Sweeney. La justificación podría acabar aquí, pero vamos a alargarla un par de líneas: La actriz de Euphoria reduce su apartamento, en esta película de Michael Mohan, a una ventana indiscreta a través de la cual espía la bulliciosa vida sexual de su vecino. Sin embargo, si algo nos enseñó Hitchcock es que el observador puede, y así ocurre generalmente, ser descubierto por aquel al que observa.
‘Serenity’ (2019)
Aunque su cine no es precisamente erótico, el nombre de Hitchcock vuelve a salir en esta lista (y no será la última vez) debido a Serenity, dirigida por Steven Knight (Peaky Blinders) y protagonizada por Matthew McConaughey y Anne Hathaway, con una breve aparición de Jeremy Strong, Kendall en Succession.
Knight recogió algunos códigos, los más superficiales, del universo de Hitchcock, los introdujo en una coctelera bien surtida con la química entre McConaughey y Hathaway, y los mezcló con discutible pericia en este thriller pesquero (si tal género existe)que comparte aliciente con el del accidente de tráfico en ciernes: apartar la mirada ante el creciente desastre se convierte en un reto sobrehumano.
‘Showgirls’ (1995)
Si creías que lo más robótico y desalmado de la filmografía de Paul Verhoeven era RoboCop, espera a ver las escenas de sexo de Kyle MacLachlan en Showgirls. Arrasó en los Razzie, fue arrasada por la crítica y algunas secuencias (especialmente, la de la piscina) se han quedado en la retina de los espectadores como una de esas motas de polvo que uno intenta quitarse sin conseguirlo.
A Verhoeven no le afectó lo más mínimo: fue a recoger el Razzie e incluso dio un simpático discurso de agradecimiento, consciente quizás de que su película acabaría convirtiéndose en un título de culto.
‘El último tango en París’ (1972)
A medida que los años nos han ido alejando de ella, el tango de Bertolucci ha perdido su fuerza y su entonces revolucionario compás se ha vuelto monótono y ordinario. Además, lo que hemos sabido, por boca de Maria Schneider, sobre esa escena ha hecho que el cineasta italiano acabara trastabillando.
Sin embargo, es una película de Marlon Brandon (la estrenó el mismo año que El padrino), lo que ya es acreditación suficiente para entrar en cualquier lista. Y, si uno se las arregla para pasar por alto el maltrato psicológico que sufrió la actriz protagonista durante su rodaje y se centra en la película, se hará muy complicado afirmar que, cinematográficamente, este es un proyecto carente de interés.
‘Lucía y el sexo’ (2001)
Julio Medem tiene una película erótica por plataforma: en Netflix, ubicó su Habitación en Roma; y en Amazon Prime, instaló a Lucía y el sexo. La pasión que entrelaza en este título a Paz Vega y a Tristán Ulloa (en ocasiones, de forma literal) ya es motivo suficiente como para incluirla en la selección. Sin embargo, si uno logra que los frecuentes strip-teases y juegos de cama que inundan su metraje no lo distraigan, descubrirá una historia que merece la pena por sí misma.
‘Babylon’ (2022)
Un momento. Babylon, ¿cine erótico? ¿La de Damien Chazelle? ¿La película que nadie fue a ver en su estreno, a la que la crítica masacró y que, de repente, se transformó en la nueva Ciudadano Kane en cuanto llegó a las plataformas? ¿Esa Babylon?
Si bien es cierto que comienza con una lluvia dorada en la que no es difícil reconocer a Fatty Arbuckle, el erotismo de esta película recae exclusivamente sobre Margot Robbie. Su primera vez ante una cámara es, tal vez, una de las secuencias más eróticas del año pasado. Quizás, porque el único pecho que llegamos a ver sólo se mantiene en pantalla una décima de segundo.
‘Instinto básico’ (1992)
Segunda y tercera vez, respectivamente, de Paul Verhoeven y Hitchcock en esta lista. Pese a que Instinto básico haya quedado sintetizada en el cruce de piernas más famoso de la historia del cine, esta película es la fusión de Atrapa a un ladrón, Vértigo, Falso culpable y La ventana indiscreta con sexo explícito. Algo que sólo podría mejorar si, en los títulos de crédito, Verhoeven se hubiese mantenido a la altura de la desvergüenza que demostraría años después con Showgirls, y hubiese firmado como Alfred Hitch-Cock.
‘Herida’ (1992)
Roger Ebert dijo de ella que “es una película sobre la sexualidad, y no sobre el sexo”, lo que ya habla de un tratamiento y una profundidad que va más allá de lo epitelial. Quien estaba tras la cámara era el elegante y ecléctico realizador Louis Malle (Adiós, muchachos y Ascensor para el cadalso) y frente a ella, Jeremy Irons, Juliette Binoche y Miranda Richardson. No son, por tanto, ingredientes mediocres, y la receta final está en consonancia con las expectativas.
‘Crash’ (1996)
Conocida por algunos como “La Crash buena”, David Cronenberg nos descubrió en esta película lo que sólo sabían los amantes de la Fórmula 1: que no hay nada más erótico que un coche corriendo a toda velocidad. La perturbadora mirada sexual de Cronenberg se clava en dos extraños cuyas vidas se cruzan literalmente de golpe: James Spader (puede que ahora parezca difícil de creer, pero en los noventa era el erotismo personificado) y Holly Hunter.
¿Quieres estar a la última de todas las novedades de cine y series? Apúntate a nuestra newsletter.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios