Manolo Escobar vivió hasta 83 años, y no todos se los pasó cantando: entre disco y disco, se hizo con una de las colecciones de arte moderno más respetables de España, en la que estaban presentes Tàpies, Barceló o Zuloaga; le pidió matrimonio a una alemana que no sabía una palabra de español cuando él, a su vez, no hablaba alemán, y estuvieron casados hasta la muerte del almeriense; siguió al Barça por cada estadio, aprovechando sus innumerables giras; y, también, actuó en 20 películas.
Su carrera en el cine comenzó en 1962 gracias a Los guerrilleros, en la que compartió debut con Rocío Jurado. Los andaluces probaron fortuna en la gran pantalla rodeándose de veteranos de la industria, como Gracita Morales, Manolo Gómez Bur o José Luis Pellicena. La trama de Los guerrilleros (un grupo de civiles armados emboscan y debilitan a las tropas napoleónicas, que van camino de la Batalla de Bailén) no es más que un decorado para el lucimiento vocal de Escobar y Jurado. Tal será la tónica en la filmografía del de Las Norias de Daza.
Si algo cabe destacar en las dos decenas de películas que protagonizó es que, en seis de ellas, estuvo acompañado por Concha Velasco. En aquella pareja había algo de tutela mutua: Escobar paliaba su bisoñez frente a la cámara apoyándose en una actriz que llevaba actuando desde los 15 años; y esta, que acababa de sacar su primer álbum, a su vez, en la estrella de la canción popular. También hubo amor: en 2020, Concha Velasco confesó que había estado “enamoradísima” de Manolo Escobar, pero que tomó la decisión de no seguir adelante porque no quería perjudicar a la mujer del cantante.
'Pero…¿en qué país vivimos?' (1967)
Manolo Escobar y Concha Velasco se conocieron en el rodaje de esta película de José Luis Sáenz de Heredia, que acabará siendo su celestino cinematográfico (dirigió cuatro de los seis títulos en que ambos coincidieron). Pero,…¿en qué país vivimos? representa el choque entre la cultura musical dominante durante el franquismo, que capitanea Escobar, con las corrientes europeas que franquearon los Pirineos y que recogía Concha Velasco y su Chica ye ye. Su primera cita en cines contó con un reparto inmejorable, en el que estaban Alfredo Landa, Antonio Ferrandis y Gracita Morales.
‘Relaciones casi públicas’ (1968)
Apenas un año después, el almeriense y la vallisoletana se reunieron de nuevo con Sáenz de Heredia, que en esta ocasión le reservó el papel de cantante sólo a Escobar: en Relaciones casi públicas, Velasco interpreta a una periodista que se ofrece a representar a un talentoso pero desconocido cantante jienense (Escobar), con el objetivo de convertirlo en una estrella a cualquier coste.
‘Juicio de faldas’ (1969)
Su relación cinematográfica era como la de Alan Alda y Ellen Burstyn en El próximo año a la misma hora: sus citas tenían una frecuencia anual, siempre en un rodaje y siempre (hasta entonces) bajo el cuidado de Sáenz de Heredia. Aquí, el escenario varía (un tribunal en lugar de un plató) y la música se atenúa: el personaje de Escobar es acusado de haber dejado embarazada a una chica, a la que encarna Gracita Morales, y Velasco se encarga de su defensa.
‘En un lugar de la Manga’ (1970)
Por primera y penúltima vez, Escobar y Velasco se pusieron frente a una cámara sin que Sáenz de Heredia estuviese al otro lado. Quien lo sustituyó fue Mariano Ozores, y el resultado es, quizás, la película más popular de la pareja. La premisa de En un lugar de la Manga recuerda a la de Crematorio: una constructora se topa con un obstáculo en forma de propietario, que se niega a venderle su parcela para que el circo de la especulación inmobiliaria pueda ponerse en funcionamiento. Obviamente, las intenciones de la película no siguen a las de Chirbes (más bien al contrario).
‘Me debes un muerto’ (1971)
En lo único en lo que mejora esta película a Extraños en un tren es en su título. En todo lo demás, se limita a ser la versión cómica y desenfadada del drama de Hitchcock, en el que tienen más importancia las piernas de Concha Velasco y el tupé de Manolo Escobar que el asesinato pendiente. El director, por supuesto, fue Sáenz Heredia.
‘La casa de los Martínez’ (1971)
Más que su última película de la pareja compuesta por Manolo Escobar y Concha Velasco, La casa de los Martínez fue la película en la que ambos, discretamente, se dijeron adiós, ya que este título de Agustín Navarro los mantiene en un segundo, o tercer, plano durante su metraje.
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