"Es como besar un muro de ladrillos": Los grandes amores en el cine que se odiaban detrás de la cámara

El amor y el odio están, a veces, a un "¡Corten!" de distancia. Por eso, algunos de los grandes romances del cine han estado protagonizados por personas que se detestaban entre sí. 
'Oficial y caballero'
'Oficial y caballero'
Cinemanía
'Oficial y caballero'

La penúltima aventura de Ethan Hunt llegará a las salas de España el próximo 14 de julio. El inminente estreno ha propiciado que muchos adeptos a la franquicia repasasen las siete películas disponibles de Misión Imposible. Y, en algunos casos, la revisión ha venido acompañada de cambios. 

Las declaraciones que Thandiwe Newton, coprotagonista de Misión Imposible 2, hizo en 2020 han arrojado una nueva y acre luz sobre su ficticia relación Tom Cruise. Al parecer, Newton no disfrutó al lado del actor: “Tenía miedo de él”, afirmó, describiéndolo como un controlador que empañó muchos de sus escenas con su manipulación y su obsesivo perfeccionismo.

Thandie Newton recuerda lo mal que lo pasó en 'Misión: Imposible 2': "Tenía miedo de Tom Cruise"
Thandie Newton recuerda lo mal que lo pasó en 'Misión: Imposible 2'

Como Thandiwe y Tom, el cine está lleno de parejas que lo son sólo mientras la cámara está encendida, y cuyos miembros tienen que dar lo mejor de sí mismos como intérpretes para enmascarar el odio atroz que se profesan. Veamos algunas de ellas.

Richard Gere y Debra Winger

Dadas las circunstancias, su romance en Oficial y caballero fue, interpretativamente hablando, uno de los mejores trabajos de Richard Gere y Debra Winger. Con un presupuesto de menos de diez millones, la película recaudó casi ciento treinta: todo el mundo quería contemplar aquel romance a ritmo de Joe Cocker.

Sin embargo, ni Gere ni Winger se soportaban: la segunda dijo del primero que besarlo era como besar "un muro de ladrillos” y Louis Cameron Gossett Jr, el severo instructor de Richard Gere en la película, reconoció en un libro que la química en pantalla de los protagonistas era magnífica, pero que caía en picado en cuanto dejaban de rodar. 

'Oficial y caballero'
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Mickey Rourke y Kim Basinger

La catastrófica relación entre los protagonistas de Nueve semanas y media comparte banda sonora (Joe Cocker) con la de Richard Gere y Debra Winger, pero difiere en los motivos. En este caso, el culpable fue el director Adrian Lyne, que generó un clima hostil en torno a Basinger con el propósito de hacerla sentir inestable e incómoda, y que ese estado de ánimo se plasmase en su trabajo.  

Por ejemplo, Lyne sólo le daba indicaciones a Rourke, mientras que ignoraba a su compañera de reparto, lo que no mejoró, precisamente, la estima de Basinger hacia “el chico de la moto”.

Lyne justificaría sus métodos como una enseñanza intensiva sobre cómo convertirse en una gran actriz. Y Basinger, ya en la promoción de la película, le daría la razón: “Todas las intérpretes deberían experimentar esto al menos una vez en la vida”. Décadas después, eso sí, reconocería que Lyne y ella llevaban sin dirigirse la palabra más de veinte años.

"Nueve semanas y media"
"Nueve semanas y media"
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José Luis López Vázquez y Gracita Morales

Lo de López Vázquez y Morales no se trata sólo de un rodaje desagradable, un par de semanas de mal humor y desplantes: juntos hicieron treinta y cinco películas, es decir, más de un 40% de aquellas en las que aparece Gracita Morales y en torno al 15% de las que grabó López Vázquez.

Según confiesa López Vázquez en su biografía, Gracita Morales era una persona “maravillosa”, pero su mal carácter hacía que trabajar a su lado no mereciese la pena. La cómica estaba aquejada por depresiones que le hacían perder los nervios, pagándola con quienes se encontraban a su alrededor: ¿Y quién lo ha estado en más ocasiones que López Vázquez?

'Cómo está el servicio'
'Cómo está el servicio'
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Ryan Gosling y Rachel McAdams

Nick Cassavetes ha recordado en ocasiones el sufrimiento que le supuso dirigir a ambos actores en El diario de Noa. Pese a que ninguno había acarreado problemas de comportamiento con anterioridad, Gosling y McAdams se reconocieron mutuamente como enemigos. No se hablaban, fingían delante de las cámaras un edulcoradísimo amor que estaban muy lejos de sentir y en cuanto Cassavetes gritaba “¡Corten!”, se daban la espalda en un giro casi militar. 

La tensión estalló en una escena en la que, ante ciento cincuenta extras, Gosling y McAdams empezaron a discutir a gritos. Gosling le había pedido al director otra actriz porque le era imposible trabajar con Rachel, y ella lo sabía. Aquello fue el punto de inflexión de su relación: tras desahogarse, lograron acabar el rodaje sin mayores problemas. 

Y ahí no termina su historia: tiempo después de que se estrenase El diario de Noa, Gosling y McAdams se reencontraron y empezaron a salir juntos. Fueron pareja durante tres años: “El romance de El diario de Noa no nos hace justicia a Rachel ni a mí”, dijo Gosling en una entrevista a GQ. “Nuestra historia de amor fue mucho más romántica que eso”.

'El diario de Noa' (2004)
'El diario de Noa' (2004)
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Alfredo Landa y Concha Velasco

Como López Vázquez y Gracita Morales, Alfredo Landa y Concha Velasco coincidieron en varias películas: la primera de ellas fue La verbena de la paloma (1963), un papel que Landa consiguió por mediación de Velasco, ya que, hasta entonces, el protagonista de El crack había ejercido de secundario en películas como El verdugo y, sobre todo, Atraco a las tres.

A partir de aquí, Landa y Velasco actúan juntos en diecisiete títulos más, pero su relación se fue enfriando hasta la congelación ártica: “Concha era muy buena chica, pero luego se juntó con el rojerío”, escribió el actor en su autobiografía. “El rojerío” estaba representado por Juan Diego, pareja de la actriz y con quien el propio Landa había trabajado en Los santos inocentes. Velasco llegó a rechazar varios papeles con tal de no compartir pantalla con Landa. 

Aunque se reconciliaron en El oro de Moscú, cuando a Landa le quedaban diez años de vida, Concha Velasco dejó claro en una entrevista posterior que las heridas que ambos se se hicieron nunca acabaron de cerrarse: Al ser preguntada sobre si sentía querida, ella respondió que el cariño se demuestra cuando alguien muere, y puso como ejemplo a Tony Leblanc, “un ser maravilloso que jamás escribió nada que pudiera molestar”. Y, también, a Alfredo Landa, en cuyo entierro “había cuatro personas”. 

'Las que tienen que servir'
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