Sobrevivir a Disney Channel no es fácil, ya que requiere una reinvención total que pocos actores están dispuestos o preparados para afrontar. La filial de la compañía del ratón construye ídolos de inocencia acendrada y, si el idolatrado se despista, el molde puede convertirse en su sarcófago. No le ocurrió así a Zac Efron: cuando Troy, su personaje en High School Musical, empezó a pesarle como un lastre, el actor le dio la mano a Richard Linklater y, juntos, se fueron a hacer una película sobre Orson Welles, estrenada en España en 2009.
En realidad, Efron no dio sus primeros pasos bajo la tutela de Mickey Mouse, sino mucho antes, gracias a procedimentales como Navy: investigación criminal o la serie Firefly, protagonizada por Nathan Fillion (Castle). En 2006, le llegaría la oportunidad en Disney Channel, donde no sólo triunfó como actor, sino también como cantante, ya que su dueto con Vanessa Hudgens en Breaking free fue una de las canciones más escuchadas del año, junto con Beautiful liar de Shakira y Beyoncé.
Tras High School Musical, Efron repite con Disney Channel en las secuelas de esta franquicia y en Hairspray, donde relaciona, por primera vez, el gimnasio con los rodajes al ganar siete kilos para el papel. No será la única transformación física a la que Efron se someta en su carrera.
La vida después de Disney Channel
Las posibilidades de una recaída tras dejar High School Musical eran muy altas. Tras rodar Me and Orson Welles, Zac Efron se involucró en Footloose, adaptación del musical protagonizado en 1984 por Kevin Bacon. Sin embargo, reculó a tiempo y abandonó la película, según la revista Gossip Girl, “porque estaba buscando nuevos retos y aquel era, simplemente, otro musical”. Efron se había cansado de cantar.
Las comedias románticas y familiares se suceden sin solución de continuidad, incluida una con Robert De Niro, en la que la leyenda de Hollywood da vida a un abuelo gruñón, género y papel a los que De Niro se ha abonado en este nuevo milenio. Poco a poco, se aprecia un cambio en Zac Efron: el escuálido alumno de High School Musical está desapareciendo, y su lugar lo ha ocupado un serio aspirante a vigoréxico.
En 2016, Efron aparece en dos películas que rompen con su trayectoria anterior, El gran showman y The Disaster artist, en la que también se deja ver un personaje que representa a Orson Welles. Al año siguiente, lo que Efron muestra, por fin, es el estadio final de su metamorfosis en Baywatch: Los vigilantes de la playa. Únicamente no consigue ser el más musculoso del reparto porque, en él, estaba Dwayne Johnson.
Su imagen de ídolo adolescente se rompe en mil pedazos cuando la T de Troy pasa a ser la de Ted Bundy en Extremadamente cruel, malvado y perverso, disponible en Netflix. Una de las últimas veces que hemos visto a Efron ha sido en Ojos de fuego, la desafortunada versión de la novela de Stephen King, y a principios del próximo año, llegará a España The iron claw, que, al trata sobre una familia de luchadores de wrestling, nos permitirá reencontrarnos con el Zac Efron escultural de Los vigilantes de la playa.
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