El colectivo de españoles de 30 a 34 años que viven en casa de papá y mamá ha empezado a crecer.

El retraso de la emancipación ha dejado de ser exclusiva de la primera juventud, de los que tienen entre 16 y 29 años, y ahora alcanza a los que han soplado las 30 velas. Pero además ha surgido un nuevo fenómeno, el de la "generación boomerang", que son los jóvenes que se independizaron pero regresan al hogar.

El último informe del 'Observatorio de la emancipación' del Consejo de la Juventud de España, con datos de 2015, identifica por primera vez una caída en la tasa de la emancipación de los españoles en la franja de edad entre los 30 y los 34 años. Esta tasa bajó del 74,7%, en 2014, a un 73,2%, en 2015.

Ese descenso, aunque no parezca muy pronunciado, supone 182.794 treintañeros independizados menos en un año y muestra cambio de tendencia.

Víctor Reloba, portavoz del Consejo de la Juventud, recuerda que en España actualmente "estamos en mínimos históricos de la tasa de emancipación juvenil" y vincula directamente el retroceso de la tasa de emancipación de los treintañeros con el fenómeno de la 'generación boomerang'.

"Hemos detectado en los dos últimos años el surgimiento de una generación formada por jóvenes que se emanciparon con 26 años, pero que con 30 y 32 están volviendo a casa con los padres", explica.

En su último informe, el Consejo de la Juventud de España describe cómo estos 'chicos boomerang' "han pasado de ser un fenómeno residual a ir ganando protagonismo".

Entre los factores que explican la baja y cada vez más tardía emancipación española, el Consejo destaca la precariedad laboral de la juventud. Pese a la mejora de los datos del empleo en términos globales del último año, el juvenil sigue marcado por una excesiva temporalidad y unos salarios exiguos.

"Hay un dato demoledor", dice Reloba: "La mayoría de los jóvenes no llegan a mileuristas, que era lo que se consideraba precario en la precrisis. Hemos dado un paso hacia atrás y los sueldos no llegan a 900 euros, con la mayoría de los jóvenes instalados en el salario mínimo (655 euros al mes)".

El portavoz del Consejo de la Juventud de España habla también de un "efecto tijera" que recorta la autonomía juvenil. De un lado está la citada precariedad laboral y de otro el encarecimiento de la vivienda.

En este sentido, Reloba denuncia la supresión de la mayoría de las ayudas a la emancipación y el escaso parque de viviendas públicas de alquiler en España, que no alcanzan el 1% del total de las viviendas.

El sociólogo Enrique Gil Calvo destaca otro componente clave en la baja emancipación en España. Se trata de "un embolsamiento de jóvenes, sobre todo varones, poco autónomos, que no terminan de independizarse nunca y que ni siquiera se emparejan", describe preocupado por su efecto en el bloqueo de la formación de nuevas familias.

Las estadísticas del Consejo de la Juventud avalan que las mujeres se independizan en mayor número y antes. En 2015 había 804.097 mujeres de entre 16 y 29 años emancipadas, por 536.286 hombres, una proporción que se mantiene constante en los últimos años. Según Reloba, del Consejo de la Juventud, "las mujeres se sienten más capaces de vivir de manera autónoma, mientras los hombres no se ven capacitados para cocinar, hacer la compra, creen que van a ser menos hábiles".

El Consejo de la Juventud advierte de las consecuencias de seguir retrasando la emancipación: "Se tienen hijos más tarde, se tienen menos hijos, y eso influye en la pirámide demográfica y en la sostenibilidad de las pensiones".