Así es el imperio Amazon al que desafía su primera huelga en España

Las oficinas de Amazon en Alcobendas.
Las oficinas de Amazon en Alcobendas.
JORGE PARÍS
Las oficinas de Amazon en Alcobendas.

El gigante mundial del comercio electrónico Amazon se enfrenta esta semana a su primera huelga en España, un paro de 48 horas convocado para los días 21 y 22 de marzo en su mayor centro logístico en el país, ubicado en la localidad madrileña de San Fernando de Henares. Los trabajadores reclaman la mejora de sus condiciones laborales.

Los sindicatos denuncian que la empresa ha tratado de forzar una transición al Convenio Provincial de Logística sin compensar los retrocesos que esto implicaría en cuestiones como la garantía salarial, las horas extra (especialmente las que se harán durante los próximos días festivos), complementos por bajas o categorías. Según las mismas fuentes, la huelga podría convertirse en la mayor que ha sufrido Amazon en Europa, después de las vividas hace unos meses en Alemania, Francia e Italia.

Los representantes de los trabajadores han denunciado "coacciones y represalias" desde la dirección de la compañía. La CGT, el sindicato con mayor apoyo en el comité de empresa, asegura que Recursos Humanos ha preguntado "a casi todo el personal temporal" si van a secundar los paros.

Centro Logístico de Amazon en San Fernando de Henares.
Centro Logístico de Amazon en San Fernando de Henares.

En el centro de San Fernando, de más de 75.000 metros cuadrados y el primero que Amazon abrió en España (en 2011), trabajan 1.100 personas de plantilla y otras 900 temporales. En Madrid la empresa tiene además dos establecimientos en Getafe, aparte de sus oficinas centrales y un centro tecnológico, que se encuentran en la capital.

En Barcelona, Amazon cuenta con centros logísticos en Castellbisbal, El Prat de Llobregat y Martorelles, y con un almacén urbano en la Ciudad Condal para las entregas rápidas de Amazon Prime. La compañía posee asimismo un centro de distribución en Sevilla, y tiene previsto abrir nuevos almacenes en Illescas (Toledo) y Paterna (Valencia). La previsión es sumar unos 5.500 trabajadores en España para el año 2020.

En todo el mundo, la empresa fundada y dirigida por Jeff Bezos emplea a un total de 566.000 empleados, con presencia en decenas de países y páginas web diferenciadas de venta en Estados Unidos, el Reino Unido, Irlanda, Francia, Canadá, Alemania, Italia, España, Holanda, Australia, Brasil, Japón, China, India y México.

Mucho más que la mayor librería virtual

Amazon fue la primera librería virtual en la red y una de las empresas pioneras en vender por Internet. En la actualidad, cuenta con una oferta diversificada de productos que abarcan todos los ámbitos de consumo.

Su historia se remonta a julio de 1994, cuando Jeff Bezos dejó su trabajo en Wall Street y fundó la compañía Cadabra para vender libros por Internet. La tienda fue lanzada en 1995 como una librería online que ofrecía más de 200.000 títulos, los cuales podían pedirse a través de correo electrónico.

El CEO de Amazon Jeff Bezos durante una conferencia de prensa en Cabo Cañaveral, en septiembre de 2015.
El CEO de Amazon Jeff Bezos durante una conferencia de prensa en Cabo Cañaveral, en septiembre de 2015.

Rebautizada como Amazon, para aparecer en los primeros lugares de las listas ordenadas alfabéticamente que circulaban en ese momento, en 1997 salió a Bolsa y empezó a cotizar en el índice tecnológico Nasdaq. En el origen del nombre, según el propio Bezos, está también la idea de que la Amazonía es un lugar "exótico y diferente", tal como él planeaba su proyecto, y de que el río Amazonas es "el más grande del mundo", como su tienda sería, también, la más grande del mundo.

Amazon fue la primera compañía en clasificar a sus clientes por grupos de interés y en explicarles en pasos cómo completar la compra. Entre los lanzamientos más populares de la multinacional estadounidense se encuentran el lector de libros electrónico Kindle y la aplicación musical Cloud Player. Kindle, lanzado en 2007, es un dispositivo que permite adquirir y almacenar libros, y en 2015 era el producto más vendido de la compañía. Cloud Player, lanzada mundialmente en 2011, es una aplicación musical semejante a Spotify. Peor suerte corrió el Fire Phone, el smartphone de Amazon, que salió al mercado en 2014 y que, tras unas decepcionantes cifras de ventas y no muy buenas críticas, apenas duró un año.

En 2013 Amazon adquirió el diario estadounidense The Washington Post por 250 millones de dólares, pasando a ser Bezos el nuevo propietario del prestigioso periódico, y en octubre de 2016 la compañía anunció que estaba planeando construir tiendas físicas y desarrollar puntos de recogida en la acera para comida.

El nuevo negocio, bautizado como Amazon Go, fue abierto para los empleados de Amazon en Seattle en diciembre de 2016. La tienda utiliza una variedad de sensores y carga automáticamente una cuenta Amazon de comprador a medida que salen del establecimiento, con lo que se evitan las colas para pagar. Amazon Go abrió al público en general el 22 de enero de 2018.

El 15 de mayo de 2017, Amazon, que hace tan solo unos días lanzó en México su primera tarjeta de débito, cumplió dos décadas desde que empezó a cotizar en el Nasdaq. Su valor bursátil está próximo a los 460.000 millones de dólares, lo que le coloca como la cuarta más grande del índice S&P 500 entre Microsoft y Facebook.

El impulso de Alexa... y de Trump

Amazon ganó 3.000 millones de dólares a lo largo del 2017, un 20% más que en el año anterior, según los resultados presentados por la compañía a principios del pasado mes de febrero. En el último trimestre de ese año, la compañía tuvo unos ingresos de 1.900 millones, frente a los 749 millones que registró en el mismo periodo de 2016.

Esta ganancia vino impulsada en gran medida por la reforma fiscal aprobada en diciembre por el presidente estadounidense, Donald Trump, que en su caso se tradujo en un crédito que la propia empresa situó provisionalmente en 789 millones de dólares.

La compañía obtuvo un beneficio neto por acción de 6,15 dólares a lo largo de 2017, por encima de los 4,90 logrados en el año anterior, una cifra que superó por mucho las expectativas de los analistas, que estimaban una ganancia neta de 1,83 dólares por acción.

En la presentación de los resultados, Bezos destacó asimismo la importancia del producto estrella de la marca, Alexa, un asistente virtual que pretende hacer más fácil la vida cotidiana en el hogar. El "cerebro" de Alexa se aloja en la nube digital de Amazon Web Services (AWS), por lo que sus "habilidades" están disponibles para clientes antiguos y nuevos de dispositivos como Echo. Precisamente, AWS era una de las divisiones donde los analistas esperaban gran crecimiento, que se concretó en un 43% anual, a pesar de la competencia que presentan servicios de computación similares desarrollados por Microsoft y Google.

Mientras, la incursión del gigante del comercio electrónico está suponiendo un desafío para muchos supermercados y minoristas. En EE UU, y según informa la agencia Bloomberg, en lo que va del año, grandes de la distribución como Kroger y Walmart han perdido en total más de 30.000 millones de dólares en valor de mercado. Estas empresas aún poseen los recursos y el tamaño necesarios para adaptarse, pero los comercios más pequeños lo tienen más difícil. Southeastern Grocers, dueño de las cadenas de supermercados Winn-Dixie y Bi-Lo, y con unos 700 locales, se acogió a quiebra la semana pasada, y Tops Friendly Markets (170 tiendas) hizo lo mismo en el mes de febrero.

Desafíos, problemas fiscales y denuncias laborales

No todo, en cualquier caso, es de color de rosa parta la compañía de Seattle. En el plano de los negocios, el crecimiento geográfico le supone unos grandes costes logísticos y promocionales, así como la necesidad de enfrentarse a competidores consolidados en los nuevos mercados. Es el caso de Flipkart, su gran rival en el mercado de la India, donde Amazon habría invertido más de 5.000 millones de dólares desde 2014, o, sobre todo, de Alibaba, el llamado "Amazon chino", una empresa mucho mayor que Flipkart y que también compite, como la firma de Bezos, a nivel global.

En el plano legal, la empresa se ha visto obligada a encarar problemas relacionados con el pago de impuestos, en parte consecuencia también de la internacionalización de la compañía. A principios del pasado mes de febrero, Amazon llegó a un acuerdo con el fisco francés, que en 2012 le había abierto un procedimiento para exigirle que declarara en Francia los ingresos que obtenía en este país, reclamándole 196 millones de euros.

Amazon no dio en detalles sobre la cuantía que aceptó pagar, y el Ministerio de Finanzas francés no quiso hacer declaraciones amparándose en el secreto fiscal. En un comunicado, la empresa se limitó a comentar que el acuerdo se refiere a "cuestiones vinculadas al pasado", y destacó que desde 2010 la multinacional ha invertido "más de 2.000 millones de euros" en Francia y ha creado "más de 5.500 empleos indefinidos".

Amazon Go, el primer supermercado sin líneas de caja.
Amazon Go, el primer supermercado sin líneas de caja.

Amazon Go, el primer supermercado sin líneas de caja. (Fuente: Amazon)

Las condiciones de los empleados en algunos de sus centros también han sido duramente criticadas, especialmente a través de reportajes publicados en diversos medios de comunicación, escritos por periodistas 'infiltrados' en almacenes de la empresa, y que destacan el contraste entre la imagen moderna y tecnológica de la compañía y la realidad laboral que la haría posible. Las denuncias contrastan asimismo con el carácter filantrópico de Jeff Bezos, quien, hace tan solo unos meses, por ejemplo, donó 33 millones de dólares para financiar la educación universitaria de 1.000 "soñadores" (jóvenes inmigrantes sin papeles largamente asentados en EE UU).

En un artículo publicado por el diario británico Daily Mirror en noviembre de 2017 se describía el almacén de la empresa en Essex (Reino Unido) como un lugar donde, entre otras condiciones abusivas, se imponían objetivos imposibles a los trabajadores, con empleados quedándose dormidos de pie por la carga de trabajo, tiempos cronometrados para ir al lavabo y salarios precarios. Antes ya habían causado un gran impacto reportajes similares publicados en The New York Times, The Seattle Times, o, en 2012, en la revista estadounidense Mother Jones, uno de los primeros y también de los más demoledores, que apareció bajo el título de "I Was a Warehouse Wage Slave" (Yo fui una esclava asalariada en un almacén).

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