La mitad de los hogares guardan restos de antibióticos en su botiquín, y eso hace que las personas caigan en la tentación de automedicarse.

El problema está en que, según una encuesta del Ministerio de Sanidad relativa a todo el país, una de cada cinco personas usa los antibióticos para curar catarros y gripes, y un 58% desconoce que no son efectivos para estas enfermedades.

Con el fin de concienciar a los usuarios para un consumo responsable de antibióticos, el colegio de farmacéuticos de Asturias ha iniciado una campaña que incluye la distribución de material informativo entre los usuarios.

En esta documentación se recuerda que los antibióticos sólo se pueden obtener con receta, e instan a los asturianos a depositar los sobrantes en el contenedor Sigre de las farmacias.

«Algo que parece banal puede hacer daño a la comunidad, porque el uso inadecuado de antibióticos provoca que haya cepas resistentes (un tercio de las de la neumonía lo son a la penicilina) y que los medicamentos no hagan efecto», alertó la presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Asturias, Lourdes Bergillos.