MARÍA RAMOS. POLITÓLOGA
OPINIÓN

Preocupante el sector inmobiliario

María Ramos, politóloga.
María Ramos, politóloga.
JORGE PARÍS
María Ramos, politóloga.

Hay varias malas noticias en los datos de la EPA del primer trimestre de 2017. Las más evidentes son que ha crecido el paro (17.200 parados más) respecto al trimestre anterior y han bajado tanto la ocupación (69.800 ocupados menos) como la actividad (52.600 activos menos). Ahora hay menos gente trabajando y más gente que ha salido del mercado de trabajo o que no encuentra empleo. De hecho, los nuevos datos son aún peores si los ponemos en su contexto, porque la tendencia de los últimos trimestres apuntaba a la recuperación de la economía y se empezaba a percibir el crecimiento en el empleo.

Es decir, estos datos más recientes vienen a mostrar que acabamos de atravesar un pequeño bache, cuando hasta ahora parecía que la economía se estaba recuperando y dejábamos atrás la crisis. Sin embargo, más preocupante incluso que el frenazo en el crecimiento del empleo es el tipo de puestos que se están creando. En su conjunto el número de ocupados se ha reducido un 0,4% el último trimestre, pero no todas las ramas de actividad evolucionan por igual. Ha bajado la ocupación en actividades financieras y en las relacionadas con la información y las comunicaciones, mientras que por el contrario ha aumentado con fuerza la ocupación en la construcción y en las actividades inmobiliarias (un 4,8 y 13,5% respectivamente en relación al trimestre anterior).

Lo preocupante es que el repunte del sector inmobiliario y de la construcción en la última EPA no es un dato aislado, ni se explica sólo por la estacionalidad del empleo. La misma tendencia se viene observando mes a mes con los datos de empleo registrado que ofrece el Ministerio de Empleo, que registran un crecimiento mayor en la construcción que en otros sectores. Y lo mismo ocurre si nos fijamos no sólo en los trabajadores sino también en el tipo de empresas que se están creando. El peso del sector de la construcción creció en el último año casi un 12% al mismo tiempo que se producía un descenso del 23% en el peso de las empresas I+D sobre el total, según los datos de la Estadística Mercantil del Colegio de Registradores.

Desde prácticamente todos los frentes políticos y económicos se habla machaconamente de acabar con la 'economía del ladrillo' y apostar por la innovación y la economía del conocimiento. Y se hace bien. Aún estamos (afortunadamente) lejos de las cifras de aquel gran boom de la construcción de los momentos previos al estallido de la crisis, pero habría que estar alerta para no volver a caer en los mismos errores del pasado.

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