JOSÉ MOISÉS MARTÍN CARRETERO. ECONOMISTA
OPINIÓN

Trump no es neoliberal

José Moisés Martín Carretero, colaborador de 20minutos.
José Moisés Martín Carretero, colaborador de 20minutos.
JORGE PARÍS
José Moisés Martín Carretero, colaborador de 20minutos.

Una broma que se ha extendido durante los últimos meses es que, al contrario que en el caso de todos los demás políticos, la mayoría de la gente esperaba que Donald Trump no cumpliera sus promesas. Sin embargo, su comienzo presidencial no ha podido ser más contundente: está dispuesto a llevar a cabo su programa político y económico hasta las últimas consecuencias. Así, en menos de una semana ha retirado a Estados Unidos de las negociaciones del Tratado Transatlántico, ha comenzado a desmontar el Obamacare –amenazando con dejar a millones de norteamericanos sin cobertura médica– y ya antes de asumir la presidencia presionó a los constructores de automóviles norteamericanos para que no deslocalicen su producción a cambio de impuestos más bajos –o de subírselos si lo hacían–. De la misma manera, ha eliminado la mayoría de la información relativa al Cambio Climático de la página web de la Casa Blanca y ha realizado algunas decisiones imprudentes respecto asuntos de importancia para la seguridad internacional, como son los dosieres del mar de China y de Palestina.

Es difícil prever hacia dónde va a dirigir su mandato económico. Atendiendo a sus declaraciones, podemos esperar un repliegue de Estados Unidos respecto del comercio internacional, con una política muy proteccionista –incluyendo la más que probable revisión del acuerdo de libre comercio de Norteamérica, o Nafta–, bajadas de impuestos a las corporaciones y programas de gasto público para generar empleo en las infraestructuras del país. En ese contexto veremos una política que en poco puede considerarse neoliberal. El neoliberalismo ha abogado por la desregulación de los mercados, la apertura internacional y la limitación del papel del Estado, y Trump va a avanzar en la dirección opuesta, planteando una reducción de la exposición internacional de Estados Unidos y un papel más activo del Estado en la promoción de la economía y la generación de empleo. Los resultados de esta política son bastante previsibles: es probable que genere nuevo empleo en el ámbito de la construcción y la industria, y si es capaz de frenar la inmigración en un país cercano –al menos formalmente– al pleno empleo, se producirá un alza en los salarios. Si baja los impuestos y reactiva la economía desde la inversión pública, es más que probable que se genere un déficit público mayor que lleve a una subida de la inflación y a una subida de los tipos de interés del dólar. Quizá esto baste, con suerte, para garantizar una reelección en 2020.

Otra cosa serán los efectos a largo plazo y en la economía global. Para la economía global, una desconexión de Estados Unidos del comercio internacional traerá consecuencias muy negativas que probablemente contribuyan a debilitar todavía más el crecimiento económico internacional. La subida de tipos de interés del dólar podría llevar a muchos países que están endeudados en esa moneda a nuevas dificultades económicas y no debemos descartar nuevas crisis de deuda en mercados emergentes. Es difícil saber cómo esas consecuencias negativas revertirán en Estados Unidos como si de un boomerang se tratara.

A largo plazo, las consecuencias para la economía norteamericana no serán tan positivas. Parece bastante plausible que el crecimiento de la productividad se ralentice en un contexto de industrias protegidas de la competencia internacional, y es probable que la propia industria exportadora de Estados Unidos sufra las consecuencias de una política mercantilista basada en ‘empobrecer al vecino’.

En conclusión, el programa económico de Trump rezuma nacionalismo e intervencionismo por los cuatro costados. Es posible que consiga algunos resultados positivos a corto plazo, pero a largo plazo es bastante probable que veamos como el orden económico internacional construido tras la Segunda Guerra Mundial se repliega hasta quedar seriamente dañado. No es algo de lo que debamos alegrarnos.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento