Las primeras conclusiones de este estudio longitudinal, iniciado en 1998 y realizado a cien jóvenes de entre 12 y 13 años que en la actualidad ya han llegado a la mayoría de edad, refleja que estas prácticas o experiencias les lleva a tener más información, conocer gente, formarse una identidad y a vivir como adultos responsables.

Para Oliva, es normal que los adolescentes rompan con el mundo de los adultos, cuestionen las imposiciones, planten cara a las normas y las regulaciones.

La rebeldía

"Al mundo de los adultos eso no le interesa y se reviste como violencia o agresividad en los centros educativos pero ésa sólo es una parte de la realidad, porque también hay rebeldía por parte de los chicos", indicó.

El profesor definió de 'consumidor inteligente' al adolescente que abandona el mundo educativo porque no le interesa y recomendó que "la educación tiene que hacer una reflexión de qué ofrece y si realmente se ajusta a las necesidades que tienen los adolescentes".

Abogó por "plantear asuntos interesantes desde el punto de vista intelectual y no sólo copiar de la pizarra en el 90% de su tiempo porque su cerebro, acabado de madurar, necesita alimento intelectual y no rutina".

El psicólogo evolutivo consideró incluso que detrás de las convocatorias de 'macrobotellones' a celebrar el 17 de marzo en distintas ciudades españolas, incluidas todas las capitales andaluzas salvo Cádiz, reside un cierto punto de rebeldía de los jóvenes.

"Hay que hacer un llamamiento para que tengan un consumo responsable pero es una forma elegida por los jóvenes para socializarse, disfrutar y también hay algo de oposición a las normas de las administraciones", apuntó.

Señaló que "el poder público prohíbe de forma unilateral y se encuentra con el deseo de los adolescentes de cambiar las cosas y está bien que los jóvenes sean así".

Pérdida de referentes

Expuso que los cambios sociales y la globalización ha llevado a los jóvenes actuales a una pérdida de referentes y a dificultades para conformar su identidad ya que "antes había dos caminos y se podía elegir más fácilmente pero ahora los cambios sociales son más rápidos y muchos de los valores no pertenecen al ámbito donde viven sino que son de otros países".

No obstante, el profesor aseguró que este modelo de vida hace a los jóvenes más maduros que hace 30 años, "quienes ya tenían una realidad impuesta y definida".