Los estrategas del Pentágono están considerando bombardear las instalaciones nucleares iraníes como “último recurso” con el que impedir los esfuerzos de Irán para desarrollar una bomba atómica, informa el dominical inglés The Sunday Telegraph. Los mandos central y estratégico están identificando objetivos y preparando todos los aspectos logísticos necesarios para llevar a cabo la operación, según asegura el diario inglés.

Las posibilidad de tener que recurrir a una acción militar pondría al Reino Unido en una situación difícil respecto de su tradicional aliado estadounidense, ya que muchos en ese país piensan que un ataque de ese calibre haría estallar la violencia en todo Oriente Próximo, provocaría represalias en Occidente y podría no conseguir su objetivo de acabar con el programa nuclear iraní.

El régimen iraní ha dispersado sus instalaciones militares, enterrando algunas bajo el suelo e incrementado sus defensas aéreas, en previsión de algún posible ataque.

El gobierno de Ahmadineyad no se ha mostrado especialmente preocupado por el hecho de que la Agencia Internacional de la Energía Atómica haya remitido su programa ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, e incluso ha llegado a amenazar con abandonar el Tratado de No Proliferación Nuclear.

Ante esta actitud poco flexible, los políticos estadounidenses, con George Bush a la cabeza, no excluyen tener que recurrir a una solución militar.

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