Disminuyen las esperanzas de rescatar con vida a los 29 mineros de Nueva Zelanda

  • La operación de rescate está suspendida ante la posibilidad de que el gas tóxico provoque más estallidos.
  • Los trabajadores llevan cuatro días sin comida ni agua.
  • El primer ministro del país confía en que sigan vivos.
Fotografía de archivo que muestra la entrada a la mina de carbón de la empresa Pike River.
Fotografía de archivo que muestra la entrada a la mina de carbón de la empresa Pike River.
Martin Hunter / EFE
Fotografía de archivo que muestra la entrada a la mina de carbón de la empresa Pike River.

Con cada hora que pasa disminuyen las esperanzas para los 29 mineros atrapados en Nueva Zelanda, que este lunes cumplen cuatro días bajo tierra, mientras a los equipos de salvamento no se les permite entrar en el pozo.

Las autoridades admitieron hoy, por primera vez, la posibilidad de que los mineros no sobrevivan al accidente causado por una explosión de gas metano dentro de una de las galerías.

"Nos estamos preparando para todos los escenarios, y como parte de este proceso, también para una posible pérdida de vidas", indicó a los medios locales Gary Knowles, responsable policial de los equipos de rescate.

El peligro de que el gas tóxico subterráneo provoque más estallidos mantiene suspendida la operación de salvamento, que ahora está pendiente de que un robot del Ejército neozelandés descienda a la galería y muestre el camino a los servicios de emergencia.

Sin embargo, también preocupa que el cuerpo metálico provisto de una cámara de vídeo pueda encender una chispa.

El primer ministro es optimista

El primer ministro de Nueva Zelanda, John Key, visitó la mina y aseguró que tiene la firma esperanza que los 29 trabajadores de la empresa Pike River saldrán vivos pese a que llevan incomunicados y sin alimento desde el pasado viernes.

"Me han dicho que hay oxígeno y que es muy posible que hayan abierto una vía para tener acceso a ese aire", dijo Key a las familias de las víctimas, a las que pidió paciencia, aunque aseguró que entendía su ansiedad y su miedo.

Puesto que no se les permite bajar al pozo, los miembros de los equipos de rescate se han puesto a los mandos de varias máquinas perforadoras para taladrar en la montaña un pequeño túnel de apenas 15 centímetros de ancho para medir la calidad del aire viciado.

Los expertos opinan que es posible que los mineros estén vivos, pero que no se debe esperar mucho más para ir a rescatarles, algo que no sucederá hasta que mejore significativamente la calidad del aire.

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