Los alpinistas que han subido en reiteradas ocasiones montañas de unos 5.000 metros de altitud presentan atrofias cerebrales de tres milímetros de grosor, en lugar de las atrofias de un milímetro que presenta la población general. Se trata de una respuesta adaptativa y persistente, según una investigación del Hospital Clínico 'Lozano Blesa' de Zaragoza. El alpinista portugués Joao García, que partirá en breve al Annapurna, participó en el experimento.

En rueda de prensa, el expresidente de la Federación Aragonesa de Montañismo (FAM) y doctor del Clínico, José Ramón Morandeira, veterano montañero, dio cuenta de esta investigación, todavía no publicada y que es resultado de la tradición del centro sanitario zaragozano en la asistencia e investigación de las dolencias de los montañeros de alto nivel.

En esta investigación ha participado el alpinista portugués Joao García, quien en breve partirá hacia el Annapurna, con una altura de 8.000 metros, en el Himalaya. García fue atendido en el Clínico de Zaragoza de congelaciones severas en 1999 y mantiene buenas relaciones con los facultativos.

El doctor José Ramón Morandeira explicó que la atrofia cerebral de tres milímetros de grosor es una respuesta a las bajas temperaturas, ya que ello evita que el cerebro se comprima, como respondería el cerebro de una persona no experimentada.

El Hospital Clínico está investigando sobre la hipoxia, la falta de oxígeno en el cerebro, y pretende realizar un experimento con ratas para aumentar la producción de conocimiento en este campo.

El doctor José Ramón Morandeira dijo que Joao García que es "el Ronaldo de las montañas, el mejor himalayista del mundo mundial" y pronosticó que este "buen amigo y compañero de la montaña" será el próximo himalayista que coronará los 14 'ochomiles'.

"No conozco a nadie que haya hecho —como García— un vivac a 8.000 metros sin material y haya sobrevivido", continuó Morandeira, quien aludió a la especial fortaleza del deportista portugués. Morandeira participó en la reconstrucción de la nariz y varios dedos de Joao García cuando sufrió congelaciones severas en 1999 y mantiene una excelente relación personal con el montañero portugués.

El doctor Morandeira recordó cómo el tratamiento que aplicó a García en 1999 para mejorar sus congelaciones permitió "sentar las bases" para el actual tipo de tratamiento que da el Hospital Clínico de Zaragoza a los montañeros de alto nivel, basado en la preparación previa y el tratamiento sobre el terreno.

José Ramón Morandeira destacó que la "mentalidad de victoria" que atesoran los himalayistas sirve también para otros ámbitos profesionales, como la dirección de empresas. "Tienen una estructura mental y personal que a los expertos en psicología de empresa les llama muchísimo la atención", señaló.

El expresidente de la Federación Aragonesa de Montañismo (FAM) dijo que el Annapurna es "la peor montaña" y avisó de que esta es la empresa más "difícil", tras lo que subrayó que "de cada dos que suben uno se mata".

Coronar el Annapurna "no es que dependa de ti, de tu capacidad alpinística", sino que volver al campamento base también depende de "que tengas suerte", sentenció José Ramón Morandeira. TRADICIÓN

Joao García alabó el trabajo del Hospital Clínico "porque tiene una tradición", que le ha ayudado no sólo en cirugía, sino también "en la cabeza, en la gente", ya que los profesionales de este centro comprenden a los alpinistas.

El veterano himalayista recordó su anterior estancia en el Clínico, en 1999, cuando sufrió congelaciones severas que, gracias al tratamiento de los facultativos del Clínico, no comportaron amputaciones importantes, lo cual agradeció.

El Annapurna fue "la primera montaña del mundo subida por el Hombre", hace 70 años, recordó García, quien proclamó que los alpinistas son "fuente de motivación", de ahí "el reciclaje en el mundo empresarial" de estos profesionales.

Joao García dijo que hay miles de montañas de 6.000 y 7.000 metros de altura, pero sólo 14 de 8.000 meros de altitud. Aunque mostró su preferencia por las montañas "más técnicas, más difíciles" que el Annapurna, García dijo haber elegido este monte por "los elementos que no controlamos", como los aludes constantes y los riscos.

La prioridad de Joao García son los 'Big Five', los cinco montes de mayor altura del mundo, que ya ha escalado. A partir de ahí, García ha elegido la montaña a subir en función de sus compañeros de expedición y, por último, como "coincidencia", subirá el Anapurna.

El deportista portugués dijo que la crisis internacional "está repercutiendo" negativamente en el alpinismo de alto nivel, ya que ha descendido el número de patrocinadores de las expediciones.

García aprovechó para criticar las expediciones únicamente comerciales, que realizan personas con posibilidades económicas que, en realidad, no son deportistas y su único fin es "conseguir un trofeo", no probarse a sí mismos, como hacen los verdaderos profesionales.

El director del Hospital Clínico Universitario 'Lozano Blesa' de Zaragoza, Fernando Escolar, recordó que es "una tradición" en este centro sanitario el prestar asistencia especializada a los himalayistas.

"un ejemplo"

La doctora Antonia Nerín, de la Unidad de Congelaciones del Hospital Clínico, recordó que Joao García es un "ejemplo como alpinista, como amigo" y como muestra de ello dijo que, el año pasado, subió del campo base a un campamento más elevado para ayudar a un montañero, pese a que acababa de bajar de la cima del Everest.

Nerín destacó la actualidad y la importancia de las investigaciones del Clínico sobre el edema cerebral y dijo que es frecuente en "turistas" que realizan subidas de menor altura.

La doctora subrayó que "la formación es la base" para coronar una montaña con éxito y resaltó la importancia de las pruebas médicas previas a la realización de una expedición alpinista, por ejemplo, las evaluaciones sobre los procesos de pensamiento, las analísticas o las radiografías de tórax.

El Hospital Clínico Universitario de Zaragoza también presta asistencia en casos graves. Aragón es una comunidad "puntera" en la asistencia sobre el terreno, dijo la doctora Nerín, quien recordó que los profesionales del centro también trabajan en este campo.