La duodécima noche de vilencia en Francia se produce tras la decisión del Gobierno galo de permitir el toque de queda en regiones conflictivas.

En zonas periféricas de Toulouse (suroeste francés), donde las violencias se reanudaron antes de la caída de la noche, un autobús, cuyos pasajeros habían sido invitados a apearse, y unos 30 coches fueron quemados anoche, y jóvenes apedrearon a policías que protegían a los bomberos.

En Clichy-sous-Bois (afueras de París), donde empezaron los disturbios hace doce noches, unos 30 jóvenes atacaron a dos periodistas italianos, uno de los cuales resultó levemente herido. El vehículo de los dos reporteros quedó en muy mal estado.

Estrasburgo, Burdeos  Lyon

En Estrasburgo (noreste), un equipo de la televisión alemana que quería entrevistar a habitantes de un barrio conflictivo fue apedreado y tuvo que irse rápidamente.

Entre otros hechos registrados en las primeras horas de la noche, dos cócteles molotov fueron arrojados contra una comisaría en el este, y otro contra la fachada de un hospital a las afueras de París.

En las afueras de Lyon (sureste), unos 40 vehículos fueron incendiados, mientras que en el Norte dos escuelas fueron pasto de las llamas y decenas de coches quemados.

En Le Havre (noroeste), una escuela fue incendiada y, en Burdeos (suroeste), lo fue una oficina de la Agencia Nacional de Empleo. En Brest (noroeste) y en el sureste fueron quemados dos parvularios.

Durante la noche anterior, se habían contabilizado más de 1.400 vehículos quemados, un récord desde el comienzo de los disturbios, pero, según la policía, el número de incidentes disminuía en la región de París mientras que más localidades eran afectadas en el resto del país.

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