Llenar una sala como la Joy Eslava de Madrid -con un aforo de 1.200 personas- no está al alcance de cualquier grupo de música, y menos si se trata de una banda de versiones.

Claro, que si los que pisan el escenario se llaman Pink Tones y el grupo al que rinden tributo no es otro que Pink Floyd, la cosa cambia.

Así es el público floydiano: ávido de eventos fieles a un estilo propio impulsado por la banda de Cambridge en los 70; peculiar, distinto, único. Algo que, por otro lado, no es fácil de alcanzar al no tratarse sólo de música. También hay que cuidar, y mucho, los detalles. El sello de Pink Floyd lleva asociadas muchas etiquetas: el sonido y el espectáculo de luces deben ser excelentes, pero el que osa emularlos también debe aportar los patrones básicos de la banda: elegancia, estilo, calidez, meticulosidad y, sobre todo, sentimiento.

Y todo esto Pink Tones lo logra no sólo porque ellos también son fans de los británicos, sino porque además son conscientes de que la gente que va a sus conciertos no va a escuchar a una banda de versiones, quiere sentir cómo la sombra de Waters, Gilmour, Mason y Wright planea sobre el recinto, experimentar algo que pueda asemejarse a lo que Pink Floyd ofrecía en sus portentosos directos, sumergirse en un mundo paralelo...

Para ello, Pink Tones ofrece un espectáculo de dos horas y media en las que no faltan los láser, el humo, un profesor hinchable como el de 'The Wall', el 'talk box', muchos efectos y, por qué no, también los coros de Ángela y Cris -impresionantes haciendo de Clare Torry en 'The Great Gig in The Sky'-.

Con todos estos elementos interpretaron con delicadeza éxitos como 'Have a Cigar', 'In The Flesh?', 'Run Like Hell', 'Pigs', el álbum 'Dark Side of The Moon' al completo -salvo 'Us and Them'-, 'Mother'... o los obligatorios 'Shine on Your Crazy Diamond', 'Another Brick in the Wall', 'Wish You Were Here' o 'Comfortably Numb'. Y al final, como es lógico, el público acabó encantado.

Los miembros de Pink Tones -Álvaro Espinosa, Antonio Fernández, Nacho Aparicio y Cefe Fernández-, en cualquier caso, sólo han abierto el tarro de las esencias para los amantes de Pink Floyd que estos días se encuentran en Madrid. Y es que el próximo miércoles, 17 de febrero, tendrán a mano la guinda del floydiano pastel en el Palacio de Congresos de Campo de las Naciones. Allí, 'The Australian Pink Floyd' -el grupo de versiones más internacional- desplegará también un grandioso espectáculo que no deberías perderte.

Sígueme en Twitter: @jmmartin20