Luis Royo: El maestro del erotismo ilustrado

  • El erotismo elegante de sus mujeres triunfa en cualquier formato. Luis Royo conquistó el mercado con sus temas épicos llenos de color.
  • Ahora su línea gótica causa furor en todo el mundo.
  • ENTREVISTA COMPLETA con Luis Royo.

Es un día frío y Luis Royo se deja calentar por el sol de Madrid en un lugar tranquilo junto al pabellón donde tiene lugar Expocómic 2009. Acaba de terminar una sesión de firmas y aprovecha el descanso para recibirnos. Es bajito, muy cordial –hay quien dice que también un poco golfo– y maño a mucha honra. Y al igual que sus paisanos Goya y Buñuel, le fue concedido el don de la genialidad en un envoltorio un tanto perturbador.

Es el suyo un arte inusual: el de envolver al sexo femenino con el éter de los sueños. Maestro de la ilustración fantástica, el erotismo de sus imágenes –exentas de tapujos– y su afición por provocar le han hecho merecedor de un éxito que ha traspasado fronteras y formatos: portadas de libros para editoriales internacionales, carátulas para videojuegos y grupos de heavy metal, calendarios, pósteres y cartas del tarot, estatuillas y tacos de billar. Hasta la piel ha servido como soporte para su arte, inspirando a tatuadores de todo el mundo.

La línea colorista y heróica de su primera etapa ha dejado paso a un gótico tenebroso, profuso en ángeles apocalípticos, que le ha convertido en autor de culto para los góticos. "Me gusta provocar un poquito con el tema religioso", admite. "Pinto con bastante libertad y hay dibujos que se quedan en el cajón, claro, aunque no siempre, porque son demasiado fuertes". A este respecto, confiesa que ha tenido algunos "encuentros breves con la censura", pero "menos de los esperados".

En el límite de lo moral

En los últimos estertores del franquismo y el comienzo de una democracia en la que "todo estaba muy verde", fue condenado a cuatro meses de prisión por escarnio a la religión católica a causa de un fanzine que también sufrió el secuestro de las autoridades.

<p>Luis Royo</p>Afortunadamente no tuvo que cumplir la pena, y la experiencia no le hizo recular. Llegaban los ochenta y el boom del cómic adulto. Dibujó para El Víbora, Heavy Metal, CIMOC, 1984 y Rambla. Con la editorial Norma lanzó sus primeros álbumes de ilustraciones: Women, Malefic, Secrets... que tuvieron una acogida extraordinaria en Estados Unidos. Para este mercado concibió Prohibited, "un libro erótico a mi aire" que revolucionó el mundo de la ilustración. Se hicieron hasta cuatro entregas.

Paradógicamente, asegura, "el mercado norteamericano está deseoso de cosas fuertes, pero luego son muy puritanos. Para una portada he tenido que tapar unos pechos, o he tenido problemas con la sangre por estas moralinas que son un poco artificiales".

La bella y el monstruo

También han resultado un tanto polémicos sus dúos de monstruos y bellezas; una temática que le obsesiona. "Juntar en una imagen la delicadeza con lo áspero, lo duro, es un juego que me llama desde siempre. Es un contrasentido en el que lo femenino es lo que reina y tiene la fuerza. Y la debilidad está en lo monstruoso". No niega que fantasea con sus dibujos, a veces de una forma "un poco excesiva".

<p>Luis Royo</p>"En ocasiones me he pasado una semana encerrado sin pisar la calle –relata– tan obsesionado con lo que tengo en el tablero que, al acabar un trabajo, me iba a un centro comercial, no a comprar nada, sino para que me empujaran en las escaleras mecánicas, para notar que yo existía en la vida cotidiana".

A pesar de todo, tiene los pies sobre la tierra. Le pesa el menosprecio del arte hacia el género del cómic y la ilustración, considerado aún underground. "Me parece injusto que en España haya cuarenta y tantos museos de arte contemporáneo y ni uno solo de cómic o de ilustración, cuando hay autores tan reconocidos internacionalmente". Ciertamente, razón no le falta.

La Capilla Sixtina del placer

<p>Luis Royo</p>Devoto de Miguel Ángel, Luis Royo "respiró" el Renacimiento en 2006. Un admirador ruso le contrató para pintar la cúpula de 80 metros cuadrados de su castillo en Moscú. Acompañado de su hijo Rómulo (con quien ha trabajado en algunos álbumes) se enfrentó al mayor reto de su vida. "Fue una vivencia muy fuerte. Físicamente nos desgastó mucho. Fue un trabajo muy aislado y duro, bonito y también amargo, porque Rusia es un país que te deja un poso de amargura". Tras un año de trabajo, el resultado: un magnífico fresco de ocho secciones en torno a un dibujo central, con cuarenta y cinco figuras femeninas –algunas de dos metros– que representan escenas amatorias. Un canto a la belleza ideal que recogió en el álbum Dome (2007).

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Una peli

<p>'Metropolis'</p>Metropolis. Obra cumbre del alemán Fritz Lang, de éxito y vigencia atemporal. Perteneciente al cine mudo y rodada en blanco y negro, es una de las cintas favoritas de Luis Royo, según él mismo ha confesado. La visión futurista de la humanidad, el paisaje de rascacielos y la sensualidad inherente en la figura femenina del robot entronca con el espíritu artístico del ilustrador aragonés. Fritz Lang, 1927. Universum Film (UFA). 19,95 €.

Un disco

<p>'Muerte y vida'</p>Muerte y vida. El testimonio de un superviviente del 11-M y otras historias reales relacionadas con la vida y la muerte inspiran este álbum de la formación asturiana de rock Avalanch. Como en otros trabajos anteriores, Luis Royo ilustra la portada. Se trata de una impactante y hermosa imagen de un cementerio sembrado de rosas blancas en el que una joven que encarna a la Muerte lleva en brazos a un bebé. Avalanch, 2007. Xana Records, 13,50 €.

Un libro

<p>'Dead Moon'</p>Dead Moon. De una antigua leyenda oriental nace un trabajo único a medio camino entre la ilustración y el cómic. Heroísmo, erotismo y exotismo se funden en una historia sangrienta y trágica, ilustrada con el estilo tenebrista que caracteriza al Luis Royo actual y técnicas como acuarela, óleo, acrílicos y grafito. Ya trabaja en el preludio de esta obra. Luis Royo, 2009. Norma, 24 €.
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