El Parlament debate desde las 9 horas la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) para prohibir las corridas de toros en Cataluña. La propuesta fue presentada por la plataforma antitaurina Prou! (¡Basta!) y ha sido respaldada con 180.000 firmas, cuando sólo se necesitaban 50.000 para que se tuviera en cuenta. Los diputados discutirán las enmiendas para decidir si prosiguen los trámites de la ILP o no. Es decir, no se votará si se prohíben definitivamente las corridas, pero sí supondrá un paso fundamental hacia ese objetivo.

ERC (21 diputados) e ICV (12) han confirmado a 20minutos.es que votarán a favor de la propuesta, mientras el PP (14) y Ciutadans (3) dijeron que la rechazarán. Todo queda en manos, por tanto, de los dos grandes grupos: PSC (37) y CiU (48), cuyos diputados no tienen una postura común, y los partidos han decidido darles libertad de voto. Fuentes del PSC han asegurado también a este diario que se espera que la mitad de sus diputados voten a favor y la otra mitad en contra.

Prou! recuerda en su propuesta que Cataluña fue en 1998 pionera en dictar una Ley sobre protección de los animales prohibiendo, incluso, la construcción de nuevas plazas de toros. Fue el inicio, según la plataforma, de un "mayor reconocimiento de los derechos de los animales" considerándolos como "organismo dotado de sensibilidad psíquica, además de física". Así, el 6 de abril de 2004 Barcelona se convirtió en el primer municipio de España en proclamarse ciudad antitaurina.

"La consideración del toro como un ser vivo capaz de sufrir (...) ha arraigado en el sentimiento de la sociedad catalana", destaca Prou!, que recuerda "el gran descenso en Cataluña de la afición a las corridas de toros, el continuado rechazo que produce este espectáculo en los extranjeros que visitan nuestro país y que las corridas se nutren en parte de dinero público" (más de 550 millones al año, según la Fundación Altarriba). Todas ellas son las mismas reivindicaciones que siempre han expresado asociaciones abolicionistas a nivel nacional.

Jennifer Berengueraes pertenece a la plataforma Prou! y se muestra convencida de que este viernes se dará el primer paso para acabar con el maltrato de los toros en Cataluña. "Es de coherencia que sea así ya que la ley protege a todos los animales menos a los toros", dice. En cuanto a los puestos de trabajo que se perderán, justificación usada por los amantes de las corridas, asegura que "la droga da mucho dinero y no es legal". "Este viernes veremos la salud democrática del Parlament ya que esta iniciativa es popular, es lo que opina el pueblo, y debería hacerle caso", sentencia.

"Más paro"

Los sectores implicados en la tauromaquia no opinan, obviamente, de la misma manera. Luis Corrales, portavoz de la Plataforma en Defensa de la Fiesta de los Toros, asegura a 20minutos.es que "si la iniciativa saliera adelante, por primera vez un parlamento autonómico estaría prohibiendo parte de la cultura y del alma de un país. Eso es un camino tenebroso. Lo contrario sería un triunfo de la libertad sobre la intolerancia". "Taurinos y antitaurinos son minoría -continúa- ya que el 80% de los españoles son indiferentes a este tema. La perversión que están cometiendo ciertos sectores es convertir ese porcentaje en antitaurinos".

Muchos están preocupados por las pérdidas económicas. Secundino Ortuño Martínez, coordinador del equipo de veterinarios de Las Ventas, explica que de este sector viven más de 7.500 profesionales y genera más de 2.500 millones.

"Si los toros se abolieran desaparecerían muchísimos empleos", dice por su parte Enrique Vera, sastre de toreros como Cayetano Rivera, que al mismo tiempo cree que su sector no se vería perjudicado si los toros se prohíben en Cataluña. Igual opinión tiene su compañero de profesión Antonio López Fuentes, sastre de José Tomás, que sí pide que "no se elimine una cultura de golpe y porrazo".

López Fuentes también se refiere a la vertiente política de ese asunto: "los independentistas asocian los toros a España”. "Aquí (en Cataluña) los toros son sinónimo de 'españolismo', esto parece una dictadura, es indignante", dice también la ganadera Ángela Mur, que habla de un futuro "incierto" en su sector.