Andrés Mayo Fernández, conocido como el 'violador del chándal' y al que se le imputan cinco violaciones en grado de tentativa y otras tres consumadas en La Coruña --entre diciembre de 2006 y agosto de 2007--, negó este miércoles ser el autor de estos delitos y acusó a la justicia de "mirar para otro lado" en estos dos años que lleva en prisión.

Durante el juicio, que comenzó esta mañana en la Audiencia Provincial coruñesa, el fiscal y las dos acusaciones particulares, que representan a las ocho víctimas, pidieron en total 127 años de prisión para Mayo, condenado ya en la década de los noventa a una pena 117 años por agresiones sexuales en León y Asturias de los que solo cumplió 12 años.

La defensa, por su parte, solicitó la libre absolución al considerar que no existen pruebas suficientes para imputar a su cliente. Así, el acusado sostuvo que se encontraba en casa con su familia en el momento en que se cometieron los delitos que se le imputan. "La justicia hasta ahora ha querido mirar para otro lado", argumentó el procesado, quien atribuyó su imputación a sus antecedentes por violación, de los que dijo estar arrepentido.

Durante el proceso prestaron declaración, hasta el momento, dos de las ocho víctimas en una sala anexa sin contacto visual con el procesado, quienes coincidieron al relatar los hechos en el 'modus operandi' del agresor y en que lo identificaron en la rueda de reconocimiento "con seguridad", según una de las agredidas.