"¡Eres un crack!", le dicen sus compañeros a gritos cuando el vehículo llega a los 100 km/h. El joven está subido en la parte delantera del coche, agarrado a la chapa del capó. Sus amigos, dentro: uno grabando en vídeo la escena y el otro apretando a tope el acelerador.
El joven que va tumbado boca abajo sobre la chapa del motor grita y pregunta a sus amigos mientras se ríe: "¿A cuánto vamos, a cuánto vamos? Pero luego llega a advertirles: "Que me mato, me están empezando a sudar las manos", fruto de la tensión y los nervios.
Este vídeo, fechado en enero y que ha llegado a la redacción de 20minutos.es, no es el primer caso de unos conductores temerarios que graban sus 'hazañas'.
Además del peligro que corre el joven, se suma la temeridad de que el coche circula a gran velocidad de noche y por una zona urbana.
Es un caso evidente de conducción temeraria, explicaron a 20minutos.es fuentes del Ayuntamiento de Madrid. "Se les sometería a la prueba del alcohol". Si dieran positivo y sumado a la posible infracción contra el límite de velocidad, sería un caso que iría por la vía penal. El conductor tendría una pérdida de puntos y los implicados "podrían ir a la cárcel".
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