Varios resfriados, algún problema digestivo, quizá una lesión muscular u ósea... Son algunos de los principales motivos que llevan a la mayoría de los malagueños a la consulta del médico de familia siete veces al año.

Sin embargo, aproximadamente unas 46.000 personas duplican (como mínimo) esa frecuencia, lo que supone en torno al 20% de las 3,2 millones de visitas anuales a los centros de salud, según los últimos datos disponibles facilitados por el Distrito Sanitario Málaga.

Manuel Ruiz es médico de familia en el centro de salud San Andrés-Torcal, así como director de área del Colegio de Médicos. Asegura que en un día puede ver a casi 40 pacientes, de los que 4 ó 5 son hiperfrecuentadores puros y 6 acuden para papeleos por bajas o altas laborales, «por lo que las estadísticas de hiperfrecuentación también les incluyen».

Así, la atención primaria se ve sobrecargada por usuarios que en principio no requerirían un tratamiento en este ámbito, aunque hay matices. Ruiz destaca que el hecho de que exista este fenómeno es síntoma de la accesibilidad del sistema sanitario público, «y eso es positivo».

El estudio Intervención exitosa de médicos de familia con hiperfrecuentadores (universidades de Málaga y Granada, 2008) concluye que no se deben reducir a cero las visitas de estas personas, sino eliminar las que no mejoran la salud», según indica la investigación (basada en 209 pacientes).

El informe detalla que los facultativos recibieron 15 horas de entrenamiento psicosocial y sobre la relación médico paciente. Ruiz también destaca que es necesaria formación para que se ayude a los hiperfrecuentadores.