Por tercer año consecutivo, vecinos de los barrios periféricos de la capital se han despedido la noche de este miércoles de las fiestas de Carnaval con su particular Entierro de la Sardina, dando sepultura a los parquímetros en la plaza Mayor.

Convocados por la asociación de vecinos de Carabanchel Alto, varias decenas de personas, de riguroso luto y con velas en las manos, acompañaron al "desconsolado padre" de tan polémico artilugio, Alberto Ruiz-Vampirón, un muñeco con gran parecido al alcalde madrileño.

El recorrido de la triste comitiva arrancó sobre las 18.30 en la plaza de Cibeles, frente a la nueva sede del Ayuntamiento, y terminó en la plaza Mayor, donde se procedió, a mazazos y patadas, al entierro de un parquímetro de cartón entre lloros y lamentos de viudas y plañideras.

"Os voy a crujir vivos"

"Malditos parquímetros. Fuera de nuestros barrios. El dinero que habrás sacado. No, no, no, parquímetros no", sollozaban los presentes.

"Os voy a crujir vivos. Mañana, cuando os levantéis, tendréis 600 más", respondía ufano Ruiz-Vampirón.

El peculiar entierro se ha producido el mismo día del cierre oficial de los Carnavales madrileños,  en el que el alcalde Alberto Ruiz-Gallardón ha pronunciado un discurso llenó de claves.