Los conductores que circulan por Zaragoza tienen que sortear al menos trece cruces conflictivos o con poca visibilidad, ubicados la mayoría en calles principales, que en muchas ocasiones suponen pequeños golpes de chapa o incluso accidentes todavía más graves.

Estrecheces, señales mal colocadas y contenedores de basura ubicados junto a las esquinas, en las aceras e incluso en la propia calzada son las principales causas que convierten simples giros en cruces complicados en los que el conductor debe jugarse el tipo para poder avanzar.

La mayoría de cruces más conflictivos se distribuyen en Delicias, San José y el Casco Antiguo, precisamente algunas de las zonas más viejas de la ciudad. En total, afectan a media docena de barrios, según confirmaron los colectivos de taxistas, conductores de autobús y colectivos vecinales.

Algunas de las zonas más problemáticas son la intersección de Vía Pignatelli con la calle Ruiz Tapiador, el cruce de la calle Lugo con Lasierra Purroy y el ubicado entre la calle Carmen y Princesa. Incluso el diseño de la plaza de España suscita las protestas de los conductores.

A estos hay que sumar otros ubicados en las diferentes intersecciones con el Coso, en Duquesa Villahermosa, Unceta con la Avenida Madrid (las esquinas suelen estar plagadas de coches aparcados) o Rioja con esta última (por el excesivo número de semáforos).

Sortear las dobles filas

Los problemas en los cruces se agravan además con las dobles filas, que en muchas ocasiones dificultan también los giros. Hasta 25 tramos de la ciudad muestran cada día dobles filas en un total de ocho barrios, entre los que figuran Delicias, San José o Las Fuentes. En estas zonas hay numerosos inmuebles que por su antigüedad no disponen de garajes privados, mientras los coches se acumulan en la vía pública.

Algunas de las dobles filas más persistentes están en la calle Reina Fabiola, en la calle Unceta, en Tomas Bretón o en la propia avenida América, donde uno de los dos carriles disponibles está destinado al uso exclusivo de los buses.

«Las horas en las que la gente entra o sale de trabajar son las que conllevan más problemas, como ocurre en el tramo de la avenida de San José entre Tenor Fleta y Cesáreo Alierta» aseguran fuentes de la Asociación Provincial del Taxi.

Incluso se llega a colapsar la entrada a urgencias en la calle Calamita a la hora de recoger a los niños de los colegios próximos al hospital Miguel Servet. El acceso a los aparcamientos de las grandes superficies durante los fines de semana provoca también atascos, especialmente en las inmediaciones de las calles de San Ignacio de Loyola y de León XIII.

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