Samanta Villar, protagonista de '21 días': "A nadie le importa nada la gente de la calle"

  • La periodista se mete durante veintiún días en la vida de otras personas para experimentar cosas que jamás había imaginado.
  • "Nunca me hice pasar por una persona de la calle, siempre les dejé claro (a los indigentes) que era una periodista", afirma Samanta.
  • Durante el reportaje hubo momentos en los que pensó tirar la toalla por las experiencias tan duras por las que pasaba.
Samanta Villar una periodista arriesgada. (CUATRO)
Samanta Villar una periodista arriesgada. (CUATRO)
CUATRO
Samanta Villar una periodista arriesgada. (CUATRO)

Samanta Villar deja a un lado su vida para zambullirse en la realidad de otros y experimentar cosas que jamás había imaginado. Durante 21 días, y 24 horas al día, la periodista realizará un viaje psicológico impactante para contar de cerca aquellos problemas que sólo se entienden cuando se viven en la propia piel. El primer reto fue convivir con indigentes entre cartones.

¿En qué consiste 21 días?

El programa hace un retrato de temas que todos hemos visto alguna vez, pero el hecho de vivirlo desde dentro da una perspectiva diferente. Creo que a todos puede sernos útil saber qué es meterse en la piel de esa gente y de repente vivir una experiencia como la que ellos viven.

¿Cómo ha sido la experiencia?

Periodísticamente muy interesante y personalmente es inolvidable porque ha habido momentos difíciles pero también gratificantes. Todo es inesperado y van sucediendo cosas espontáneamente que vamos grabando con la ayuda también de una pequeña cámara que yo llevo.

En algunos momentos las experiencias han sido bastante duras...

¿No ha sentido en algún momento deseos de echarse atrás?

Sí, hay momentos en que las experiencias son tan duras que he pensado 'Dios mío por qué he venido aquí'. Pero justamente estas ahí por eso. La cuestión es tirar para adelante y poder reflejar cuál es la existencia de estos personajes.

¿Qué pensó cuando le presentaron la propuesta?

Estaba fascinada porque me daban la oportunidad de hacer lo que le gustaría a cualquier periodista: meterme hasta el fondo en las historias que intentamos explicar.

¿Cómo la trataron los sin techo?

Cuando llegué el rol que tomaron conmigo fue de protección. Me sentía como la princesita porque, a pesar de que trabajaba y convivía con ellos, aquella gente me estaba aconsejando todo el día. Jamás me hice pasar por una persona de la calle y siempre dejé claro que era una periodista.

¿Se prepara psicológicamente para afrontar los reportajes?

No hay preparación válida porque lo que te encuentras es totalmente nuevo. Sólo puedes hacerte a la idea de que vas a vivir otra realidad que es difícil y dura. Lo vas viviendo y asumiéndolo lo más rápido posible, al mismo tiempo que sabes que estas ahí trabajando para contarlo.

No una hay preparación válida para este trabajo

¿Qué se le pasaba por la cabeza cuando vivió en la calle?

Todo te va sorprendiendo. Te vas dando cuenta de cosas en las que nunca habías caído, como lo difícil que es lavarse o los problemas de sueño. Además, los prejuicios que tienes los abandonas o los modificas.

¿Qué echó de menos?

A mi gente y las cosas del día a día, pero sobre todo lo productos de higiene. Vas cargando con una bolsa y el champú, suavizante, desodorante... son un kilo o dos más de peso. Me pasé veintiún días buscando un carro pero no lo encuentras.

¿Cuál fue su kit de superviviencia?

Llevaba lo mínimo: un saco de dormir, una muda limpia y algo de neceser. Además tenía un termómetro por si acaso me pasaba algo. No llevaba ni peine y estuve veintiún días sin peinarme así que cuando llegué a casa tuve que echarme el tubo de suavizante para poder desenredarme el pelo.

¿Qué fue lo primero que hizo a su vuelta?

Necesitaba paz y silencio. Llegué a mi casa y me pasé una hora en silencio sentada en mi sofá con un té.

¿Alguna anécdota curiosa?

Un incidente me hizo reflexionar mucho sobre cómo somos los que tenemos casa. Lo de Rosario Endrinal, la indigente que quemaron en un cajero en Barcelona no es un caso aislado y eso es muy duro. A nadie le importa nada la gente de la calle.

¿Hay una búsqueda de show por parte del programa?

No. Se trata de un trabajo periodístico bueno y la parte vivencial le da una fuerza que cuando estas en casa como espectador te das cuenta de que no son cosas que le pasan a los demás y a ti no.

BIO: Nació en Barcelona en 1975. Ha trabajado en TV3, TVE Cataluña y como reportera de España Directo.

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