Ha olvidado momentáneamente Manuel Gómez Pereira las comedias más o menos costumbristas (la última, Reinas) que frecuenta y, de la mano de un guión escrito con Salvador García Ruiz (el notable director de filmes como Mensaka o Las voces de la noche), se ha lanzado a buscar el morbo y los demonios de una relación iniciática que no tiene nada de inocente.

Se apoya con buen criterio en el juego que da en pantalla Clara Lago, convertida en una esplendorosa y sexy mujer después de aquel buen debut de niña en El viaje de Carol (Imanol Uribe, 2002). Por ella siente una atracción irresistible el chico (Álvaro Cervantes, nominado al Goya al mejor actor revelación) con el que jugó en la infancia. Ambos tienen que vérselas de pronto con una violación y un asesinato.

Poco a poco, en un crescendo bien medido que hace que no despeguemos la mirada de la pantalla, la turbiedad y los secretos entre ellos se acumulan sin cesar, estando presos en un círculo de sospechas y escalofríos que los llevarán a un callejón sin salida. Un infierno de amor y obsesión que nos pone el cuerpo a tono.

EL JUEGO DEL AHORCADO. España, 2008 / 105 min / Dir.: Manuel Gómez Pereira / Int.: Clara Lago, Álvaro Cervantes / Estreno previsto: 30 de enero